La filas de electores españoles que han acudido a los centros de votación habilitados en toda España han sido largas y en muchas de ellas se han improvisado abanicos para sofocar el calor, principal protagonista de una jornada que se auguraba "caliente" también en lo político.

Los comicios generales españoles son los primeros que se celebran en plena época estival en España, por lo que el voto por correo va a ser fundamental ya que una buena puerta de los ciudadanos están de vacaciones.

El calor, de hasta 40 grados centígrados en muchos lugares de España, es una de la claves de estas votaciones, por ejemplo en Barcelona, donde muchos de los centros electorales no tenían aire acondicionado.

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Una mesa electoral con ventilador y botellas de agua en Zaragoza | Europa Press

Solo un 16% de las escuelas catalanas dispone de algún espacio climatizado, lo que hoy obligó a instalar ventiladores en el comedor de los lugares donde se habilitaron las mesas de votación.

Arrimados a los ventiladores para aprovechar al máximo el único aire que corre en la sala, los miembros de las mesas también combatieron el calor con las botellas de agua que distribuyó el Ayuntamiento de Barcelona – 18.000 botellines (unos 9.000 litros)-, en total.

Votando con traje de baño y sombrilla

En este colegio electoral hubo unos cuantos electores que acudieron en traje de baño y con la sombrilla bajo el brazo a cumplir con su deber cívico, para posteriormente ir a refrescarse en el mar, causando envidia entre los que todavía les quedan horas rodeados de urnas y papeletas.

Con el paso de las horas, la resignación se impuso al enfado de aquellos que todavía estaban fastidiados por perder un domingo de verano contando votos.

“En un fin de semana de verano siempre hay planes, y si no te los inventas”, señaló Juan, vocal de mesa en un colegio electoral del barrio del Example de Barcelona, que se quejó más de lo inoportuno de las fechas que del calor.

“Nos han dado un ventilador, un agua y las gracias”, agregó su compañero de mesa, que tan solo deseó que la jornada termine cuanto antes para volver a disfrutar de las vacaciones.

Ritmo fluido

Aunque el ritmo de votación es fluido, las horas pasan lentas para los miembros de las mesas, y más si el resto de la familia está disfrutando de un día fuera de la ciudad.

Entre los problemas de esta jornada, la de la circulación de trenes con entrada y salida de la ciudad de Valencia (este), que tuvo problemas y caldeó los ánimos, especialmente, en la esfera política, y llevó a la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, a pedir alternativas para garantizar el voto de los viajeros afectados, muchos en conexión con Madrid.

Por otro lado, las altas temperaturas previstas para este domingo marcaron, especialmente en zonas del interior y de la isla mediterránea de Mallorca la jornada, atípica por momentos.

Pero las estrellas de esta mañana fueron los siete votantes censados en el municipio riojano de Villarroya, en el este de España.

Un total de 26 segundos tardaron en votar sus habitantes, para mejorar los 32 segundos y 25 centésimas de los comicios generales de 2019, y batir su mejor marca, registrada en las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, en tres segundos.

En esta fugaz votación no faltaron los sobresaltos, y es que el tiempo podría haber sido aún mejor si a uno de los votantes no se le hubiera caído una de las papeletas a la mesa antes de introducirla.