Los gobiernos de Ucrania y Rusia cruzaron acusaciones sobre la supuesta preparación de algún tipo de provocación en la central nuclear de Zaporiyia, considerada la mayor de Europa y tomada por las tropas rusas desde principios de marzo de 2023, con avisos sobre las potenciales consecuencias que tendría un supuesto ataque en estas instalaciones.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reconoció que la situación es “bastante tensa”, ya que existe una “amenaza de sabotaje” por parte del “régimen de Kiev”.
“Puede tener consecuencias catastróficas”, advirtió ante los medios, aunque ha garantizado que “se están tomando medidas” para contrarrestar la amenaza, según informa la agencia de noticias Interfax.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ya avisó el martes de una posible “provocación”, aunque señaló a las fuerzas rusas.
La Inteligencia ucraniana habría detectado la colocación de artefactos explosivos en el tejado de la central, con vistas supuestamente a la simulación de un bombardeo que Moscú luego pudiese atribuir a Kiev.
La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, se ha hecho eco este miércoles en su cuenta de Telegram del riesgo de que haya algún tipo de “acto terrorista”, asumiendo que un país como Rusia es “capaz de cualquier cosa”, por muy “imprudente” que pueda parecer.
Las autoridades de la zona ya iniciaron los preparativos para anticipar un posible incidente y han pedido a la población que confíe solo en fuentes oficiales para informarse.
Moscú y Kiev ya se acusaron mutuamente de destruir parcialmente la presa de Jakovka, lo que derivó en graves inundaciones a orillas del río Dniéper. De hecho, Peskov ha aludido este miércoles a este caso para exponer lo que estarían dispuestas a hacer las fuerzas ucranianas con fines propagandísticos.