Miles de personas se congregaron este domingo en Atenas para exigir responsabilidades al Gobierno tras la muerte, el pasado 28 de febrero, de 57 personas en el accidente de ferrocarriles más grave de la historia de Grecia.
La prensa local estima que unas 10.000 personas participaron en la protesta, una de las más masivas desde que ocurrió la tragedia.
Las marchas llevan varios días repitiéndose, para demandar seguridad en los transportes y denunciar que hay una responsabilidad del Estado por no haber modernizado la estructura ferroviaria, que carece de sistemas de control automatizados que podrían haber evitado el choque.
En la congregación se registraron violentos enfrentamientos. Grupos de manifestantes lanzaron cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad, mientras otros incendiaron contenedores de basura.
Como respuesta, la policía lanzó granadas aturdidoras y gases lacrimógenos, con el fin de impedir que parte de la marcha se dirigiera a las oficinas de Hellenic Train, la empresa que opera los ferrocarriles de Grecia.
“Sus políticas cuestan vidas” se podía leer en una de las pancartas que mostraban los manifestantes, mientras que otra acusaba al Gobierno de ser “asesino”.
“Este crimen no será olvidado”
A la manifestación concurrieron grupos de izquierda, sindicatos ferroviarios y estudiantes. La mayoría de las víctimas fatales del accidente eran jóvenes de menos de 25 años, según las autoridades, que todavía trabajan para identificar la totalidad de los cuerpos recuperados de entre los fierros retorcidos de los vagones. “Este crimen no será olvidado”, gritaban los manifestantes.
Los trabajadores ferroviarios, que también perdieron compañeros en la tragedia, han organizado paros rotativos desde el miércoles, en los que han denunciado la reducción de costos y falta de inversión.
Los ferrocarriles de Grecia son operados por la compañía italiana Ferrovie dello Stato Italiane, aunque las infraestructuras ferroviarias del país, incluidos los sistemas de seguridad, dependen de la compañía estatal OSE.