Según investigaciones de prensa, Rusia ha elaborado planes para una toma gradual de control de su país vecino, Bielorrusia, para 2030.
Rusia elaboró en 2021 una estrategia para “absorber” Bielorrusia en 2030 al tomar control de la política, la economía y el potencial militar del país vecino, según un documento de la Administración Presidencial al que tuvo acceso Centro Dossier, del exoligarca y opositor en el exilio Mijaíl Jodorkovski.
Se trata de un documento desarrollado por el Kremlin junto con el Servicio de Espionaje Exterior, el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la inteligencia militar (GUR) y el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia ahora en poder de periodistas de Estonia, Rusia, Ucrania, Bielorrusia, EE. UU., Alemania, Suecia y Polonia, dice Dossier.
“El Kremlin iba a adaptar la legislación bielorrusa a la rusa, gestionar la política exterior de la república en interés de Rusia, aumentar la presencia militar en el territorio de Bielorrusia, conseguir la supremacía del idioma ruso sobre el bielorruso y dar la ciudadanía rusa a los bielorrusos. Se planeó lograr todos estos objetivos en nueve años, para 2030”, resume la investigación.
Rusia ya aumentó en 2021 las tropas rusas en Bielorrusia con la excusa de ejercicios militares conjuntos, preludio del inicio de la guerra en Ucrania el 24 de febrero de 2022.
El documento estudiado por el Centro Dossier, titulado “Objetivos estratégicos de la Federación Rusa en la dirección bielorrusa”, establecería metas como “ajustar la legislación bielorrusa a la rusa y someter la vida sociopolítica, comercial, científica y cultural de Bielorrusia”.
“Toda la estrategia de la Administración Presidencial se construye en torno a estas áreas. Cada uno de los objetivos se divide en tareas de diferente urgencia, hasta 2022, 2025 y 2030”, afirma.
“Además de armonizar las relaciones comerciales y económicas, Rusia planea establecer el control en el sector político-militar de Bielorrusia para 2030”, indica el proyecto de Jodorkovski.
Objetivo: limitar influencia de fuerzas “nacionalistas y proocidentales”
Según la investigación, las tareas de la inteligencia rusa incluyen limitar la influencia de las fuerzas “nacionalistas y prooccidentales”, completar la reforma de la Constitución bielorrusia basada en sus intereses, y fortalecer los sentimientos prorrusos en las élites militares y políticas y entre la población a través de la introducción de “grupos de influencia prorrusos”.
Los “objetivos estratégicos” también mencionan asegurarse el control del espacio de información de Bielorrusia antes de que finalice esta década y la introducción de un procedimiento simplificado para la emisión de pasaportes rusos a ciudadanos bielorrusos “con el fin de crear una capa de rusos interesados en la integración y los círculos comerciales centrados en el mercado ruso”.
El documento también convertiría la educación “en una herramienta” de Rusia en Bielorrusia, ya que para 2030 pretendería abrir puntos de examen Unificados del Examen Estatal para acceder a la universidad.
“Además, el Kremlin planea abrir nuevos centros de ciencia y cultura en Moguilov, Grodno y Vítebsk”, añade Centro Dossier.
En busca de la “integración” con Bielorrusia
Rusia y Bielorrusia firmaron a finales de los años 1990 el tratado para crear una Unión Estatal sobre la integración política y económica, pero solo fue en 2019 cuando ambas partes acordaron 28 programas que fueron firmados por los presidente ruso y bielorrusia, Vladimir Putin y Alexander Lukashenko en noviembre de 2021.
En su mayoría se refieren mayoritariamente a cuestiones económicas, como la armonización de las legislaciones aduaneras, impositivas, laborales y de pensiones, la integración de los sistemas monetarios, o la creación de mercados únicos en el ámbito energético y políticas comunes en los sectores industrial y agrícola.
Lukashenko, ante el temor de algunos bielorrusos de perder la soberanía, ha recalcado en varias ocasiones que eso no ocurrirá y que Bielorrusia no será absorbida por Rusia.