El fundador del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, admitió hoy una “total hambruna de municiones” en las filas de los destacamentos de mercenarios que combaten en el Donbás y demandó más proyectiles al Ministerio de Defensa.
“Este es un problema muy grave. Por cierto, en el país hay municiones”, escribió Prigozhin en su canal de Telegram.
Prigozhin, conocido por sus estrechos vínculos con el Kremlin, reconoció que por el momento Defensa ha hecho oídos sordos a todas sus solicitudes. “Pese a mis conocidos y mis contactos”, reconoció.
En ese sentido, aseguró que un interlocutor aludió recientemente a las “complicadas relaciones” que mantiene con la gente en el poder, por lo que para recibir pertrechos tiene que “disculparse y subordinarse”.
“¿Disculparme? ¿Ante quién? ¿140 millones de rusos, por favor, díganme ante quién debo disculparme para que mis chicos mueran dos veces menos que ahora?”, se preguntó.
Destacó que cuando el general Serguéi Surovikin comandaba las fuerzas rusas que combaten en Ucrania “no había problemas con las municiones”.
Sin mencionarlo, sugería que los problemas comenzaron cuando la jefatura de la campaña la asumió el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, al que Prigozhin ha criticado en varias ocasiones desde el inicio de la intervención militar rusa hace un año por la falta de avances en el frente.
El jefe de Wagner lamentó que, mientras algunos comen con “cubertería de plata” y envían a sus hijas y nietos de vacaciones a Dubai, “soldados rusos mueren en el frente”.
“¡Lo único que pido es que me den municiones!”, resaltó.
En el pasado, Prigozhin ha acusado a Defensa de intentar robarle las victorias, como en la operación para tomar el bastión ucraniano de Bajmut, donde el Grupo Wagner ha tomado varias localidades y dice que el Ejército ruso no ha desplegado ni una sola unidad.
Según la prensa, Prigozhin dejó de reclutar presidiarios para combatir en Ucrania por orden del Ministerio de Defensa, que, según algunos blogueros, habría ordenado minimizar la presencia de Wagner en los medios de comunicación.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se ha negado a satisfacer la demanda de algunos diputados de legalizar las compañías militares privadas, pero sí ha ordenado equiparar a las familias de los mercenarios con las de soldados y movilizados a la hora de recibir subsidios sociales.