Declarar a un país como patrocinador del terrorismo no está previsto, en principio, por la Unión Europea, ya que no existe un marco legal para ello, como ocurrió ayer con Rusia.
Para hacerlo, los iniciadores de la resolución toman como ejemplo a EEUU, que ha incluido en su lista, entre otros, a Cuba y a Corea del Norte.
En Europa, hasta ahora solo era posible poner en la lista de patrocinadores del terrorismo a organizaciones, como la palestina Hamás, o al PKK kurdo.
Actualmente, 21 asociaciones están clasificadas como “terroristas” por la UE. Es decir que, con esta nueva resolución, el Parlamento Europeo abre una nueva instancia.
La resolución menciona que Rusia no solo lleva a cabo una guerra injustificada contra Ucrania, sino también ataques indiscriminados contra la población y la infraestructura civiles.
Las tropas rusas, señala el documento, han asesinado a miles de civiles y han cometido en toda Ucrania actos terroristas, tomando por objetivo a viviendas, escuelas, hospitales y estaciones de metro, así como a centrales de electricidad y de agua potable.
“Estos actos brutales e inhumanos provocan muerte, sufrimiento, destrucción y destierro”, resalta.
Los países de Europa del Este se adelantaron
“Con terror y muerte, el enemigo ha intentado una vez más lo que no ha podido lograr durante nueve meses, y nunca logrará”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, luego de que el Ejército ruso bombardeara un hospital en Kupyansk, en el este de Ucrania.
La clasificación de las acciones de los soldados rusos contra el derecho internacional como “terrorismo” corresponde a las palabras que eligió Zelenski.
La acusación consiste en que Rusia quiere compensar su derrota militar con actos terroristas contra la población civil.
Varios parlamentos de Europa del Este ya habían hecho suya esa interpretación, declarando a Rusia “patrocinador del terrorismo”, entre ellos, Polonia, los países bálticos y la República Checa.
De sus filas surgió también la iniciativa de someter a votación la resolución en el Parlamento Europeo, luego de haber sido presentada por el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), nacionalistas de derecha.
Entre otras cosas, los eurodiputados mencionan en detalle casos hasta ahora desconocidos de tortura, violencia sexual, secuestro y ejecuciones, en referencia a numerosas investigaciones aún en curso por presuntos crímenes de guerra.
En la argumentación también se denuncian violaciones de la Carta de las Naciones Unidas, así como de tratados internacionales y del Derecho Internacional Humanitario.
Es la suma de todas esas acusaciones la que fue presentada contra Rusia en su carácter de Estado iniciador de la guerra.
La votación se vio opacada por un ataque informático que paralizó momentáneamente toda la página del Parlamento Europeo. Según la presidenta del PE, Roberta Metsola, un grupo de piratas informáticos cercano al Kremlin se atribuyó el ciberataque.
La idea es confiscar bienes rusos
Fundamentalmente, la resolución del Parlamento Europeo no es más que una señal política, ya que, en sí, no tiene consecuencias jurídicas.
La idea es preparar de ese modo el terreno para la confiscación de activos rusos, que en Europa solo están congelados hasta ahora.
Además, debe servir para llevar a Vladimir Putin ante un tribunal internacional luego del fin de la guerra, así como para el congelamiento paulatino de las relaciones diplomáticas con Rusia.
La confiscación de bienes rusos serviría para la reconstrucción de Ucrania, dice el iniciador de la resolución, el diputado Charlie Weimers, del partido populista de derecha sueco Demócratas de Suecia.
“Hasta que Rusia no se retire de Ucrania, no será posible una paz verdadera”, añade.
“Rusia debe entender que no solo hay individuos responsables de cometer crímenes de guerra, sino que también el Estado ruso debe asumir la responsabilidad por la destrucción y el terror intencional que ha desatado en Ucrania”.
La resolución sería un primer paso para lograrlo.
Fuerte debate sobre la resolución
La resolución provocó discusiones en todos los sectores políticos.
Parte de los socialdemócratas la consideran políticamente un despropósito, y temen que dificulte aún más las negociaciones con Rusia.
También es un dolor de cabeza para los democristianos y para Los Verdes. La izquierda estaba en contra al principio, pero luego una gran mayoría la apoyó. El grupo Socialistas y Demócratas (S&D) dijo finalmente que votó desde el comienzo de la guerra por sanciones más duras contra Rusia.
Para Pedro Marques, presidente del grupo, “no hay duda de que las atrocidades (…) son un intento de aterrorizar a la población”.
Rusia quiere hacer que a la gente le sea imposible pasar el invierno, y la deja sin calefacción ni electricidad, añadió.
“Eso no es nada menos que un crimen de guerra. Hay que parar a Rusia y responsabilizarla”, recalcó el socialdemócrata.
Sin embargo, la resolución no tendrá consecuencias políticas. Para que así fuera, los países miembros de la Unión Europea deberían aprobarla por unanimidad.
Ni los que apoyan a Putin, como Viktor Orbán, ni el presidente francés, Emmanuel Macron, que aún se considera un negociador con Moscú, ni tampoco el gobierno alemán, que todavía no quiere descartar todas las salidas políticas, estarían de acuerdo.
Entonces lo que queda es una señal de los miembros del Parlamento Europeo que, muy probablemente, se perderá en el vacío.