El embajador de Polonia ante la OTAN, Tomasz Szatkowski, informó a sus 29 colegas de los Estados miembros de la OTAN y a los principales líderes militares de la Alianza.
Su conclusión, tras la explosión de un misil que dejó dos muertos en una aldea polaca en la frontera con Ucrania es que no se trató de un ataque dirigido contra Polonia y, por lo tanto, contra territorio de la OTAN.
Probablemente disparado por Ucrania
Después de la reunión del Consejo de la OTAN, su secretario general, Jens Stoltenberg, dijo a la prensa que no había señales de haberse tratado de un ataque deliberado.
“No hay señales de que Rusia esté preparando un ataque en territorio de la OTAN”, afirmó.
Es más probable que el proyectil fuera un misil antiaéreo de fabricación rusa disparado por una batería ucraniana para repeler un ataque ruso.
El secretario general insistió varias veces en su conferencia de prensa en que el incidente no fue culpa de Ucrania.
“Rusia es la responsable final de todo esto, porque está librando una guerra ilegal contra Ucrania”, dijo Jens Stoltenberg.
Ucrania tiene todo el derecho a defenderse de los ataques rusos con misiles, que volvieron a destruir masivamente su infraestructura civil el martes.
¿Fisuras en las defensas de la OTAN tras misil en Polonia?
Según el secretario general de la OTAN y el embajador de Polonia ante la alianza militar, las investigaciones aún no se han cerrado.
Por lo tanto, todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas. Sin embargo, está claro que la OTAN examinará si necesita reforzar su propia defensa antimisiles en el flanco oriental.
Cuando los periodistas le preguntaron, Stoltenberg insistió en que la explosión de un misil mal dirigido no indicaba brechas en las defensas aéreas.
“No se trató de un ataque, sino de un misil disparado para defenderse”, dijo Stoltenberg. Por ese motivo, no habrían reaccionado los sistemas de defensa antiaérea de la OTAN.
No obstante, si el comandante supremo de la OTAN lo considera necesario, puede mover más defensas aéreas al flanco este en cualquier momento.
Las capacidades están ahí.
Así lo aseguró Stoltenberg, y justificó su negativa a responder otras preguntas sobre detalles técnicos, haciendo referencia a las investigaciones en curso.
“Procederemos vigilantes, calmados y de manera muy coordinada”, dijo el ex primer ministro noruego, que dirige la alianza desde 2014 y ha tenido que celebrar varias reuniones de crisis sobre Rusia y Ucrania desde entonces.
“Estábamos preocupados ayer”, admitió Jens Stoltenberg, “pero ahora tenemos que asegurarnos de que esta peligrosa situación no se salga de control”.
No se invoca el Artículo 4
Para no agravar aún más la situación, Polonia se ha abstenido de solicitar consultas formales con los socios de la OTAN en virtud del Artículo 4° del Tratado del Atlántico Norte.
Tales consultas se contemplan cuando un Estado de la OTAN se siente amenazado en su soberanía o por posibles atacantes.
En marzo de 2022, poco después del inicio del ataque ruso a Ucrania, se celebraron consultas formales de este tipo, a pedido de ocho países de la OTAN en el flanco este.
Desde entonces, la OTAN ha incrementado sus tropas en estos países, especialmente en Polonia, Rumania y los Estados bálticos.
Según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el objetivo principal ahora es fortalecer las defensas aéreas y antimisiles de Ucrania para protegerse mejor de los ataques rusos.
Antes de la reunión de la OTAN, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, calificó como “teoría de la conspiración rusa” la suposición de que Ucrania hubiese lanzado el misil.
El ministerio de Defensa ruso niega, desde ayer, cualquier relación con el incidente, argumentando que ningún misil ruso habría sido disparado a menos de 35 kilómetros de la frontera entre Polonia y Ucrania.
Ya en marzo pasado, se produjo un incidente similar.
En ese momento, un dron armado de antiguo diseño soviético sobrevoló territorio de la OTAN hasta Croacia y cayó sobre automóviles en la capital, Zagreb, sin dañar a nadie.
En esa ocasión, los investigadores croatas y los expertos de la OTAN no pudieron averiguar quién lanzó el dron o de qué Ejército provenía.
Llevaba tanto emblemas nacionales soviéticos como una capa de pintura ucraniana en azul y amarillo.
Ese incidente se archivó en abril sin generar mucha reacción por parte de la alianza.