Ucrania recibió este lunes nuevos sistemas occidentales de defensa antiaérea para contrarrestar los bombardeos masivos de Rusia, causantes de cortes de agua y de electricidad a pocas semanas del invierno boreal.
La administración militar regional llamó a los habitantes a “usar la electricidad con moderación” y el operador Ukrenergo advirtió que tuvo que efectuar cortes de “emergencia”.
El 31 de octubre un ataque ruso con drones y misiles dejó a casi el 80% de los habitantes de la capital sin agua y a 350.000 hogares sin electricidad. Desde entonces, se repararon parte de los daños.
Para hacer frente a esos bombardeos, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó a los países occidentales a crear un “escudo” para proteger a las infraestructuras críticas en la mira de Moscú.
Según el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, Kiev recibió el lunes sistemas de defensa antiaérea NASAMS y Aspide, proporcionados por Estados Unidos, España y Noruega.
“Estas armas reforzarán considerablemente al ejército ucraniano y volverán más seguro nuestro cielo”, tuiteó el ministro.
Sistema de defensa antiaéreo para Ucrania
Antes, a Ucrania habían llegado el sistema alemán de última generación “Iris-T” y misiles tierra-aire franceses “Crotale”. El Reino Unido afirmó que había enviado misiles AMRAAM.
Según las autoridades ucranianas, Rusia ha destruido cerca del 40% de las infraestructuras energéticas del país desde principios de octubre.
Por su parte, las autoridades de ocupación de la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, anunciaron que se había “estabilizado” el suministro de agua y de electricidad.
Esto, un día después de que dos bombardeos, de los que Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente, afectaran al abastecimiento.
Esos ataques también dañaron la represa hidroeléctrica de Kajovka, ocupada por las fuerzas rusas y que abastece a Crimea, anexionada, en una región que es objeto de una contraofensiva ucraniana desde hace semana.
“Los expertos […] restauraron parcialmente el funcionamiento de los [sistemas de] suministro vitales en cada microdistrito de la ciudad”, indicó el lunes la administración de ocupación a la agencia rusa TASS.
Suministro “estabilizado” en Jersón
Jersón es la principal ciudad ucraniana capturada por las fuerzas rusas desde que comenzó la invasión, en febrero.
Frente a la batalla que se perfila, Moscú organizó evacuaciones desde esa localidad, que Kiev tildó de “deportaciones”.
Pese a la dureza de los ataques rusos de las últimas semanas, este lunes la situación parecía haberse calmado, con Kiev cubierta por un cielo gris poco propicio a los bombardeos aéreos.
“Hace ocho meses que sabemos que eso puede ocurrir todos los días y nos hemos adaptado. Yo no cambio mi rutina por eso, voy a trabajar, como todos los días”, declaró a AFP una vecina de la capital, Aliona Plekh, de 21 años.
Según el ejército ucraniano, las fuerzas rusas lanzaron cuatro misiles y 24 bombardeos aéreos en todo el país en las últimas 24 horas.
Unos ataques que mataron a al menos una persona en la región de Zaporiyia (sur) y a otra en la de Sumy (norte), en tanto en Jersón dejaron un herido, según reportaron las autoridades de cada región.
¿Negociaciones?
El ejército ruso acusó de nuevo a los ucranianos de haber tirado “siete obuses de gran calibre” sobre la central nuclear de Zaporiyia.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, repitió este lunes que Moscú estaba “abierto” a negociar con Kiev y denunció que Volodimir Zelenski se niega a dialogar.
En Zaporiyia, los habitantes que huyeron de la ocupación rusa describieron a periodistas de AFP la atmósfera de paranoia casi total.
“Teníamos que borrar todos nuestros mensajes. Y cuidado con nosotros si decíamos cualquier cosa contra Rusia. Nadie se sentía seguro”, contó Irina Mykhailena, oriunda de la ciudad ocupada de Berdiansk.