El líder del Partido Laborista del Reino Unido, Keir Starmer, pidió este jueves el adelanto y la celebración inmediata de elecciones generales ante el “caos” en el que está sumido el gobierno de la primera ministra, la conservadora Liz Truss.
“Necesitamos elecciones generales ahora”, afirmó Starmer en un discurso ante el congreso anual de la confederación sindical TUC, en el que expuso las prioridades de un futuro Ejecutivo laborista.
El dirigente sostuvo que el Partido Conservador debe “dejar el futuro del país fuera de sus patéticas trifulcas” y acusó al Gobierno de haber alcanzado “un nuevo y caótico mínimo” tras la dimisión ayer de la ministra del Interior, Suella Braverman, y una accidentada votación en la Cámara de los Comunes.
“Todos los fracasos de los últimos 12 años (de mandato conservador) están a punto de estallar”, dijo el dirigente a los delegados sindicales reunidos en la ciudad inglesa de Brighton.
El polémico plan fiscal de Liz Truss
El gobierno de Truss está bajo presión de sus propios colegas de partido ante la percepción que la primera ministra ha perdido su autoridad.
Eso después que casi todo su proyecto político y económico haya sido anulado tras haber sembrado el caos en los mercados financieros, idea para la cual pasaron solo días entre que se presentó y comenzó a retirarse de a poco.
El plan fiscal, sobre todo, fue el principal punto de críticas: con la propuesta de bajar los impuestos a los más ricos el mercado de bonos tuvo que ser salvado por el Banco de Inglaterra y la libra esterlina se desplomó, alcanzando mínimos históricos ante el dólar.
Aunque la líder conservadora ha hecho cambios en su gabinete para tratar de recuperar el control, aumentan las voces entre sus diputados que piden su dimisión, algo a lo que de momento ella se niega.
El último primer ministro laborista fue Gordon Brown, que gobernó entre 2007 y 2010.
Tras él, todos los jefes de gobierno británicos han sido “tories”: David Cameron (2010 – 2016), Theresa May (2016 – 2019), Boris Johnson (2019 – 2022) y ahora Truss, en el poder desde el 6 de septiembre, día en que se convirtió en la quinceava y última primera ministra de Isabel II en 70 años de reinado.