El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció hoy la independencia de las regiones sureñas ucranianas de Jersón y Zaporiyia, paso previo a su anexión por parte de Rusia.
Según informó el Kremlin en un comunicado, Putin firmó el decreto sobre la base de los recientes referendos ilegales en los que una mayoría de votantes apoyó separarse de Ucrania e incorporarse a la Federación Rusa.
A la hora de reconocer la independencia de Jersón y Zaporiyia, Putin esgrime el derecho de autodeterminación de los pueblos y los estatutos de la ONU.
Las consultas separatistas, que se celebraron del 23 al 27 de septiembre, fueron legitimadas por el Kremlin, pero condenadas por Kiev y Occidente como “farsas” democráticas.
En el caso de Jersón, región limítrofe con la anexionada península de Crimea, más del 87 % de los votantes apoyaron la anexión rusa; mientras más del 93 % de los participantes en Zaporiyia respaldaron esa opción, según fuentes prorrusas.
Ambos territorios fueron conquistados por las tropas rusas en las primeras semanas de la campaña militar rusa, lo que permitió a Moscú abrir un corredor terrestre entre el Donbás y Crimea.
La península bañada por el mar Negro depende para su supervivencia de los recursos hidrológicos, energéticos y del cereal del sur de Ucrania.
Las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por Putin en febrero pasado, también celebraron referendos ilegales en los que apoyaron formar parte de Rusia.
Los líderes de esas cuatro regiones se dirigieron esta semana al jefe del Kremlin para que autorice su urgente ingreso en la Federación Rusa.
Según informó hoy el Kremlin, Putin formalizará el viernes durante una ceremonia solemne en el Kremlin la anexión de los cuatro territorios ucranianos con la firma de los correspondientes tratados.
La próxima semana ambas cámaras del Parlamento ruso aprobarán la adhesión, tras lo que Putin la promulgará, como ocurriera en 2014 con la anexión de la península de Crimea.
En Crimea también se organizó hace ocho años un referendo ilegal, después se proclamó su independencia y, seguidamente, entró a formar parte de Rusia.
Ucrania asegura que tanto los referendos como la anexión son papel mojado, mientras Occidente también adelantó que adoptará nuevas sanciones contra el Kremlin.