Un periodista estrella es condenado a 22 años de prisión, y el periódico "Novaya Gazeta", crítico con el Kremlin, pierde su licencia. Quien quiera información independiente en Rusia depende cada vez más de YouTube.
Un tribunal declaró culpable de alta traición al periodista y asesor de la agencia espacial “Roskosmos” Ivan Safronov, de 32 años. Al parecer, los motivos fueron sus artículos sobre la industria armamentística rusa.
La severidad de la sentencia -22 años en una colonia penal- es inusual incluso para los estándares rusos, dice el columnista de Deutsche Welle Ivan Preobrazhensky. Según él, la sentencia es también una muestra de que “el periodismo independiente en Rusia ha sido prácticamente destruido”.
“Este es un puñetazo de advertencia a todo el mundo: quédate callado”, coincide el experto político ruso Dmitry Oreshkin. La sentencia, dice, es un castigo a Safronov por permitirse “hablar de las verdaderas circunstancias”.
Riga es un refugio de medio rusos en el exilio
El mismo día, otro tribunal anuló la licencia del conocido periódico “Novaya Gazeta“, crítico con el Kremlin. Su redactor en jefe, Dmitry Muratov, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2021. El periódico ya había suspendido su trabajo en marzo debido a las advertencias del regulador ruso de medios de comunicación Roskomnadzor.
El veredicto sobre la revocación de la licencia se produjo unos días después del funeral de uno de los fundadores del periódico, el antiguo líder soviético Mijail Gorbachov.
Fundada en 1993, Novaya Gazeta fue considerada durante décadas un buque insignia del periodismo en Rusia. En un comunicado, el consejo editorial comparó la decisión judicial con el “asesinato de un periódico” y prometió seguir adelante bajo la consigna: “El espíritu libre se propaga donde y como quiere”.
Para la mayoría de los medios de comunicación críticos con el Kremlin, eso significa: fuera del país. En abril, parte de la redacción de Novaya Gazeta fundó una sucursal con sede en la capital letona, Riga. El canal de televisión online más popular y crítico con el Kremlin, “Doschd” (Lluvia), emite igualmente desde allí desde agosto.
También suspendió su trabajo unos días después de la invasión rusa de Ucrania, y su sitio web fue bloqueado. En ese momento, las leyes contra los medios de comunicación en Rusia se endurecieron drásticamente. Cualquiera que critique la guerra en Ucrania arriesga una pena de prisión de hasta 15 años.
Casi al mismo tiempo que “Doschd” tuvo que salir al exilio, fue bloqueada la emisora de radio liberal “Ekho Moskvy”, una de las pocas voces críticas con el Kremlin que hasta entonces se permitía emitir en todo el país. Desde entonces, muchos empleados han abandonado Rusia y abren sus propios canales en las redes sociales.
“Novaya Gazeta” y “Doshd” siguieron los pasos de “Medusa”, uno de los medios online más populares de Rusia, que fue fundado por periodistas rusos liberales en la capital letona tras la anexión de Crimea en 2014.
YouTube para luchar contra la censura
“Doschd” es el canal en ruso de mayor éxito en el exilio, con más de tres millones de suscriptores en YouTube. También es popular como fuente de noticias sin censura el servicio de mensajería Telegram.
Por último, existe la opción de utilizar software VPN para eludir la censura de facto. También se puede acceder a las ofertas de Deutsche Welle (DW), el medio público alemán, que igualmente está bloqueado en Rusia desde principios de 2022.
The Times informó en junio de que el número de usuarios de VPN en Rusia se había multiplicado por 15 desde la guerra de Ucrania, hasta alcanzar unos 24 millones.
En la propia Rusia apenas quedan voces libres. Solo unos pocos medios de comunicación online se permiten informar de forma crítica. El periódico Kommersant, para el que trabajaba Ivan Safronov, le escribió una carta abierta: “No hemos oído ninguna prueba pública de su culpabilidad y estamos seguros: en otra época, en otra situación, habría sido absuelto”.
Y el juicio probablemente no se habría celebrado. Los editores alabaron su comportamiento en los dos años de prisión preventiva como un “ejemplo” de decencia y prometieron esperarle. Safronov niega toda culpabilidad.