Alemania entró este lunes en un periodo de incertidumbre tras el cierre del gasoducto Nord Stream 1, que suministra gran parte del gas ruso a Alemania y a otros países de Europa del Oeste.
La empresa rusa Gazprom dijo que cerró el grifo por obras de mantenimiento, pero Berlín muestra señales de preocupación.
“Nord Stream ha sido suspendido, por lo que no circula el gas”, anunció este lunes el ministerio alemán de Economía.
El gigante ruso Gazprem dijo que las obras de mantenimiento durarán unos diez días, pero en este contexto de “guerra fría” no se descartan prolongaciones.
En tres meses, con el inicio de la época más fría, comenzará el alza del consumo de gas en Alemania y aún no hay una alternativa real a la vista.
El gobierno forzará a revisar la calefacción a gas en todo el país y ha comenzado a pedir a la población reducir su consumo, sobre todo en el uso de agua caliente que en su mayor parte es generada por gas en Alemania.
Así también, se recomendó a la pequeña industria el uso de grupos electrógenos de emergencia para evitar el uso de este hidrocarburo.
Un aumento de precios del 160%
La ciudad de Hamburgo ya anunció que planea en caso de emergencia, el racionamiento del gas para hogares a determinadas horas del día. Algunos consorcios como el grupo Henkel anunciaron que empujarán a sus empleados a trabajar desde casa para evitar usar la calefacción en las oficinas de la corporación.
En los cuatro primeros meses de este año los alemanes bajaron un 15% el consumo de gas, mientras que los precios aumentaron hasta un 160% comparado con el año anterior.
Todos ahora especulan si realmente la mantención del gasoducto ruso necesitará solo los 10 días programados, o se transformará indefinidamente en parte del póker que Putin mantiene con Europa.