El Parlamento de Ucrania prohíbe con una nueva ley la literatura y la música rusas. ¿Qué escritores e intérpretes se ven afectados por la medida? ¿Qué excepciones hay?
Interpretar o difundir música rusa en lugares públicos, así como ingresar libros en grandes cantidades desde Rusia y Bielorrusia está ahora prohibido por ley en Ucrania.
La prohibición que aprobó el Parlamento de Kiev abarca “productos de artistas y autores que fueron o son ciudadanos del Estado agresor”. En consecuencia, tampoco los intérpretes rusos pueden entrar a Ucrania.
El presentador de televisión y productor Ihor Kondratjuk recolectó más de 25.000 firmas, ya antes de la invasión rusa de Ucrania, para una petición de prohibición de conciertos de artistas rusos en Ucrania. Para él, esta nueva ley es un paso lógico hacia la protección de su país.
“Esto también forma parte de la defensa de Ucrania, como lo que están logrando las fuerzas del Ejército contra el país agresor. Los artistas rusos seguirán siendo personas no gratas en Ucrania hasta que las relaciones con Rusia alcancen una base amistosa”, dijo Kondratjuk en entrevista con DW.
Sin embargo, la ley prevé también excepciones, como los intérpretes rusos que condenan la agresión de su país contra Ucrania. Es Ucrania la que decide quiénes son.
Prohibición de libros de Rusia en Ucrania
Pero, además, el Parlamento ucraniano aprobó otra ley que determina que la introducción y distribución de productos editoriales de Rusia, Bielorrusia, así como de los territorios ocupados en Ucrania, están prohibidas.
Se trata, por un lado, de libros que fueron escritos en esos territorios, pero también de obras escritas por ciudadanos rusos. Quedan exceptuados los libros que fueron editados antes de la ocupación rusa.
Sin embargo, la literatura publicada en otros países en lengua rusa puede seguir entrando a Ucrania, en tanto se cuente con el permiso necesario. Según la legislación, un perito debe comprobar primero si la obra contiene propaganda antiucraniana.
Además, en Ucrania tampoco pueden imprimirse libros de autores que han tenido o tienen un pasaporte ruso.
¿Cómo debe implementarse la prohibición?
El bloqueo tiene en la mira, sobre todo, a autores con pasaporte ruso, dice a DW Oleksandr Krasovyzki, propietario y director de la editorial “Folio”, corredactor de la ley.
Según él, el consejo de peritos verificará cada caso en particular. Por ejemplo, obras de Alexander Pushkin o León Tolstoi que se impriman ahora en Rusia, ya no pueden ser introducidas en Ucrania.
En cambio, si obras de esos autores son publicadas en otros países, entonces sí pueden ser traídas a Ucrania.
Pero para algunos, la cuestión se vuelve complicada. Por ejemplo, los libros impresos en Rusia del escritor Boris Akunin, que, si bien ya no vive en Rusia, sigue siendo ciudadano ruso, no pueden introducirse en Ucrania.
Sus libros solo pueden venderse de forma legal en aquel país solo si fueron publicados en otro lugar, y si han sido revisados por un perito en cuanto a su posible retórica antiucraniana.
También puede haber una excepción para personas privadas: si alguien introduce no más de 10 ejemplares de una obra que no figura en la lista de literatura antiucraniana, y que no está destinada a ser distribuida, puede hacerlo.
Como era de esperar, Moscú ha reaccionado a esas recientes leyes, diciendo que anclar el idioma ucraniano en la vida cotidiana supone la opresión de la gran cantidad de ucranianos de habla rusa.
¿Plan de estudios sin los clásicos rusos?
El próximo paso podría ser la exclusión de la literatura rusa del currículo escolar. Un grupo de trabajo del Ministerio de Educación de Ucrania ya ha recomendado vetar las obras de cerca de 30 autores y poetas rusos y soviéticos, entre ellos, León Tolstoi, Alexander Pushkin, Fiódor Dostoievski y Mijaíl Bulgakov.
“En este momento, no veo cómo se puede acercar a los alumnos la belleza de la poesía rusa. En el aula hay niños cuyos hogares han sido destruidos, que tuvieron que huir, o sufrieron bajo el fuego y los bombardeos rusos, o han perdido a familiares”, dijo el escritor Rostyslav Semkiv en la televisión ucraniana.
La literatura alemana no volvió a aparecer en los planes de estudio de las escuelas soviéticas sino hasta 1960, es decir, 15 años después de la victoria sobre el nazismo