Rusia “vuelve a tener el control de la mayor parte” de la ciudad de Severodonetsk, en el este de Ucrania, aunque ha progresado poco en sus intentos de rodear un área más amplia desde el norte y el sur, dijo este viernes el Ministerio británico de Defensa en su parte diario sobre el conflicto.
Londres apunta que el Ejército ruso no está proporcionando servicios públicos básicos a la población en los territorios ocupados.
De esta forma, el acceso al agua potable no está garantizado y hay “una interrupción importante de los servicios de telefonía e internet”.
El ministerio advierte de que “es probable que haya una escasez crítica de medicamentos en Jersón”.
Mientras que “Mariúpol corre el riesgo de sufrir un gran brote de cólera”, tras registrarse casos aislados desde mayo.
Defensa explica que Ucrania sufrió una gran epidemia de cólera en 1995 y ha experimentado brotes menores desde entonces, especialmente alrededor de la costa del mar de Azov, donde está la ciudad.
En ese sentido, Londres alertó que un nuevo brote ahora pondría aún más presión sobre los hospitales de la zona, que, dice, deben estar ya “al borde del colapso”.
Cadáveres entre los escombros, hambre y epidemias en Mariúpol
Según explicó el alcalde de Mariúpol, Vadim Boychenko, la extracción de cadáveres de entre los escombros, el hambre y las epidemias se han convertido en la realidad cotidiana de la ciudad.
En una entrevista con la televisión local Canal 24, el alcalde indicó que cada día se extraen de entre los escombros a los que ha quedado reducida la urbe, entre 70 y 200 cuerpos.
De acuerdo a sus datos, al menos 22.000 personas murieron en la urbe portuaria, durante el asedio al que fue sometida por las tropas rusas, el pasado 24 de febrero.
Actualmente, “la situación es crítica: en Mariúpol, se ha producido un desastre epidémico”, lamentó.
Esto, por el desarrollo de numerosas enfermedades, entre ellas un brote de cólera, por las graves condiciones en las que vive la población que queda en la ciudad, agregó el alcalde.
Acusan a Rusia de deportar a civiles ucranianos
Boychenko explicó además que en los alrededores de la ciudad se han creado campos de filtración que los rusos utilizan para deportar a su país a los civiles ucranianos.
Al ser preguntado sobre los soldados ucranianos que resistieron en la acería de Azovstal hasta que fue capturada por los rusos, dijo que “estamos trabajando al cien por ciento para que nuestros heroicos defensores de Mariúpol puedan regresar vivos a Ucrania”.
“Quisiera recordarles que esto no es una traición ni un cautiverio, sino, como se anunció, una evacuación, y que habrá intercambio de prisioneros. Y nos estamos preparando para esto”, reiteró.
La ciudad de Mariúpol, en la región prorrusa del Donestk, fue bombardeada durante semanas por el ejército ruso que, según las autoridades ucranianas, destruyó el 80 por ciento de las edificaciones de la urbe.
Con una población de medio millón de habitantes, actualmente residen en lo que queda de la ciudad unas 100.000 personas que, según Kiev, viven en unas pésimas condiciones humanitarias.