El nuevo Gobierno francés que anunció este viernes la presidencia supone una combinación de continuidad y renovación con la que Emmanuel Macron espera generar un impulso positivo de cara a las elecciones legislativas de junio.
Macron mantiene a dos de sus principales puntales, los ministros de Economía, Bruno Le Maire, y de Interior, Gérald Darmanin, y recupera a la veterana diplomática conservadora y hasta ahora embajadora en Londres, Catherine Colonna para Exteriores.
Siguiendo la tradicional ceremonia, la lista de miembros del nuevo Ejecutivo fue leída desde lo alto de las escaleras del patio del Palacio del Elíseo por el secretario general de la Presidencia, Alexis Kohler, ante cámaras y fotógrafos.
El nuevo Gobierno incluye algunos cambios previstos -el antiguo titular de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, había anunciado su salida- y otros más inesperados. También destaca el ascenso de varios fieles macronistas.
Por ejemplo, la exsecretaria de Estado Olivia Grégoire será la nueva portavoz del Ejecutivo.
Además, la consejera presidencial Rima Abdul Malak sale del anonimato para pasar a encabezar el Ministerio de Cultura, sustituyendo a la conservadora Roselyne Bachelot, mientras que Stanislas Guerini, hasta ahora delegado general del partido de Macron, se ocupará de Transformación y Función Pública.
Repite como número dos de Exteriores y responsable directo de todos los asuntos relacionados con la Unión Europea Clément Beaune, ministro delegado.
Otro punto que llama la atención es la nueva denominación de algunos ministerios como el de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital, el de Agricultura y Soberanía Alimentaria, o el de Trabajo, Pleno Empleo e Inserción.
Esos nombres coinciden con las promesas de Macron de aumentar la autonomía e independencia del país en la producción industrial y alimentaria, o de alcanzar el pleno empleo durante esta legislatura.
También se amplió la denominación del Ministerio de Deportes, que pasa a incluir Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024, que se celebrarán ese año en París, y para el que ha sido nombrada la hasta ahora directora general de la Federación Francesa de Tenis, Amélie Oudéa-Castéra.
Equilibrio en la renovación y orientación
Del total de 27 miembros del Gobierno, catorce repiten y trece son nuevos. También se aprecia otra vez el intento de combinar figuras de la izquierda y de la derecha moderadas.
Amélie de Montchalin, uno de los rostros más jóvenes del nuevo Ejecutivo, con sus 36 años, tendrá a su cargo la cartera clave de Transición Ecológica y Cohesión del Territorio, en la que tendrá que trabajar codo con codo con Agnès Pannier-Runacher, la nueva ministra de Transición Energética.
Una continuidad sorprendente es la de Éric Dupond-Moretti como ministro de Justicia, ya que este destacado abogado penalista está amenazado de tener que sentarse en el banquillo por abuso de su posición para ordenar investigar a varios magistrados con los que había chocado durante su trabajo como letrado.
Otro cambio importante es el de Defensa, donde Sébastian Lecornu, hasta ahora ministro de Ultramar, sustituye a Florence Parly.
Un nombramiento significativo es el del historiador Pap Ndiaye, hijo de un inmigrante senegalés, profesor del prestigioso centro universitario de Sciences Po y director del Museo de la Inmigración, que será ministro de Educación Nacional y Juventud.
A nivel político, también llama la atención la llegada al Gobierno de Damien Abad, hasta ahora jefe del grupo parlamentario del partido conservador Los Republicanos. Su incorporación muestra que Macron sigue arañando figuras a izquierda y derecha para engordar su mayoría, anclada en el centro.
Descendiente de españoles que huyeron a Francia tras la guerra civil, Abad, que padece una enfermedad rara que le produce una discapacidad, encabezará el nuevo Ministerio de Solidaridad, Autonomía y de Personas con Discapacidad.
Este Gobierno de 17 ministros (nueve hombres y ocho mujeres), seis ministros delegados y cuatro secretarios de Estado, será el que la primera ministra, Élisabeth Borne (procedente de la órbita socialista) empleará a fondo en busca de argumentos para que la coalición de Macron pueda renovar su mayoría absoluta en las legislativas de junio.
“Decepcionante”
Las reacciones de la oposición no se hicieron esperar. El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon consideró al nuevo Ejecutivo como “totalmente decepcionante” y destacó especialmente la continuidad de Le Maire en Economía: “El hombre que ha liderado durante cinco años la política liberal que ha conducido al despiece de la industria francesa (…) Esta es la continuidad más inquietante para nosotros”.
En el lado opuesto del arco político, la líder ultraderechista Marine Le Pen calificó de “desprecio a los franceses” la continuidad de los ministros de Economía, Interior y Justicia, porque según ella “han fracasado estrepitosamente” en la primera legislatura de Macron.
“Este cambio ministerial simboliza la incompetencia y la arrogancia de Emmanuel Macron. Más que nunca, hace falta una oposición frontal y decidida en la Asamblea Nacional”, subrayó.