El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y el Gobierno finlandés confirmaron este domingo 15 de mayo la intención del país nórdico de aplicar para una membresía a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, que previsiblemente será ratificada por el Parlamento la semana entrante.
Finlandia está un paso más cerca de entrar en la OTAN. El anuncio se da en medio de las presiones por parte del Kremlin, que ha asegurado que abandonar la postura de neutralidad que el país ha mantenido durante décadas sería “un error”.
Sin embargo, las autoridades finlandesas fueron enfáticas en ratificar que la invasión de su vecino Rusia a Ucrania es la razón fundamental de este cambio geopolítico que los líderes tildaron de “histórico”.
En una conferencia de prensa conjunta, el presidente Sauli Niinistö, miembro de la Coalición Nacional (liberales), y la primera ministra, la socialdemócrata, Sanna Marin, afirmaron que, con esta decisión, su país inicia hoy un camino hacia “una nueva era”.
Dejaron en claro, sin embargo, que la iniciativa debe ser ahora ratificada por el Parlamento al que instaron a debatir de manera “determinada y responsable”. Todas las representaciones parlamentarias dieron su venia para avanzar con el ingreso a la OTAN, a excepción de la Alianza de Izquierdas, que hasta el momento no ha emitido un pronunciamiento.
El eventual ingreso de Finlandia a la OTAN supondría poner fin a casi ocho décadas de no alineamiento militar. Le corresponde también a los 30 países que componen la alianza militar aprobar por unanimidad el ingreso de un nuevo miembro. Además de Finlandia, se espera que Suecia pueda dar pasos similares en los próximos días.
Marin agradeció el respaldo que ha recibido por parte de diversas naciones para la adhesión. La mayoría de los países miembros de la OTAN han expresado su visto bueno a la llegada de Finlandia y, eventualmente, Suecia. Sin embargo, la voz opositora ha llegado desde Turquía cuyo gobierno, en manos de Recep Tayyip Erdogan, expresó preocupaciones al asegurar que los países nórdicos albergan a organizaciones que considera “terroristas”.
El domingo, el presidente finlandés se mostró dispuesto a dialogar con su homólogo turco para limar asperezas y desde la OTAN expresaron confianza en que las barreras planteadas por Ankara puedan ser superadas. El proceso podría durar varios meses, aunque muchos apuestan por una aprobación rápida para Finlandia.
Mientras tanto, las relaciones entre Moscú y Helsinki se fraccionan. Rusia acusa a su vecino del norte de amenazar la seguridad de Europa al abrir un nuevo flanco, pues ambos países comparten cerca de 1.300 kilómetros de frontera. Y la posible adhesión de Finlandia a la OTAN tendría justamente el efecto contrario al deseado por Vladimir Putin cuando anunció el inicio de una “operación militar especial” en Ucrania. Es decir, evitar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte siguiera expandiéndose hacia el este, más cerca de sus fronteras.
El sábado también se conoció que Rusia había cortado el suministro de electricidad al país vecino argumentando que no se habrían realizado los pagos correspondientes.
Rusia suministra pequeñas cantidades de gas y petróleo al país nórdico, que ya se venía preparando para esto, de acuerdo con a las decisiones de la Unión Europea de reducir su dependencia de la energía rusa.