Tras el corte de suministro de gas de Rusia a Polonia y Bulgaria, muchos países de la Unión Europea planean reemplazar el gas ruso a través de importaciones de otros países.

Si Moscú insiste en que Europa pague el suministro de gas en rublos, otros países también corren el riesgo de no recibir más gas de Rusia, como Polonia y Bulgaria.

La UE debate en qué medida los intentos de las empresas energéticas de desviar los pagos podrían ser una violación de las sanciones. Se trata de pagos en euros a Gazprom Bank con transferencias automáticas a una cuenta en rublos.

Frente a este escenario, ¿cuál es la situación actual de algunos países europeos?

Italia

Siendo el segundo mayor comprador de gas ruso en la UE, Italia importó 11.400 millones de metros cúbicos de gas natural de Rusia en 2021. Una de las metas del gobierno italiano es reducir la importación a la mitad en los próximos meses, y para compensar su carencia ya se firmaron nuevos acuerdos con Angola, República del Congo y Argelia.

Italia está conectada al gasoducto Transmediterráneo y puede utilizarlo para obtener gas directamente del norte de África. Roma también está buscando otros proveedores en Qatar, Mozambique y Azerbaiyán.

El país europeo ya tiene tres terminales de gas licuado y tiene previsto ampliarlas, mientras que otra estación en Sicilia entraría en operación en 2023.

Italia también quiere ahorrar energía: limitará las temperaturas de escuelas y edificios públicos a 25 grados el próximo verano y la calefacción a 19 grados el próximo invierno, lo que supondrá un ahorro de hasta 4 mil millones de metros cúbicos de gas natural por año.

Grecia

En el futuro, Grecia podría ser un eje de distribución de gas para los países balcánicos. El plan original era reducir la dependencia de Turquía y ahora apunta además contra las importaciones rusas. Esto, a través del gasoducto Transadriático y las futuras conexiones con Bulgaria y Macedonia del Norte.

Ya antes de la guerra en Ucrania, el gobierno de Atenas decidió ampliar y modernizar el terminal de Gas Natural Licuado (GNL) en Revithousa, cerca de la capital, desde donde que se alimenta parte de la red de gas griega. Otros puertos han de ser habilitados para recibir y almacenar gas licuado.

El 30% de las necesidades energéticas griegas son satisfechas con gas procedente de Rusia. Antes de que finalice 2022, dos tercios del gas ruso serán reemplazados por gas de Azerbaiyán. A medio plazo, el país mediterráneo quiere explorar sus propios yacimientos de gas e independizarse.

El país helénico asimismo ofreció ayuda a Bulgaria: se podría enviar gas natural licuado desde algún puerto griego e invertir en los próximos meses el flujo del gasoducto Turkish Stream, que hasta ahora llevaba gas ruso hacia Grecia y Turquía.

Polonia

Polonia, al igual que Bulgaria, recibirá suministros de gas de sus países vecinos. En Bruselas los ministros de Energía negocian soluciones solidarias, entre las que se incluye que Polonia recibirá ayuda de Lituania, y también si fuera necesario de Alemania.

Polonia no tiene, de momento, de qué preocuparse; sus reservas de gas están casi llenas, al 76%, y desde finales de abril son independientes del gas ruso. El gobierno polaco celebra la construcción del gasoducto Baltic Pipe, con el podrá recibir gas desde Noruega a partir del próximo octubre.

El “zar de la energía” polaco, Piotr Naimski, dijo en la radio de su país que él había planeado hace décadas independizarse de Rusia e impulsar la construcción de una gran terminal de GNL en Swinoujscie y una nueva conexión hacia Lituania.

La independencia energética es un proyecto político desde hace algunos años, ya que la relación entre el partido populista de derecha PiS y el gobierno ruso había empeorado incluso antes de comenzar la guerra en Ucrania.

Y los otros…

Hungría depende casi por completo de los suministros de gas y petróleo rusos y por lo pronto, la situación no cambiará. Budapest tampoco ha querido aceptar las sanciones energéticas de la Unión Europea a Rusia, debido a la estrecha relación del primer ministro Viktor Orbán con Vladimir Putin, pero también a que el gobierno húngaro intenta hacer un acto de equilibrismo con respecto de Rusia desde el comienzo de la guerra.

Francia sólo recibe el 20% de su gas desde Rusia, y por lo tanto no está en una posición vulnerable. París se muestra partidario de las sanciones energéticas de la UE contra Moscú.

Lituania es el alumno ejemplar en Europa, siendo el primer país de la UE en dejar de importar gas ruso desde el comienzo de la guerra. Desde entonces, una terminal flotante de GNL cerca de Klaipéda abastece al país desde Noruega. La capacidad de recepción es significativamente mayor que el consumo del país, razón por la que Lituania también puede suministrar gas natural a sus vecinos, según el gobierno del país.

Alemania es el mayor importador de energía rusa, a pesar de años de advertencias por parte de la UE y EEUU, por lo cual la nación germana ha estado bajo una enorme presión desde el comienzo de la guerra. El ministro de Economía, Robert Habeck, declaró que el gobierno alemán no podrá abandonar el gas antes de 2024. En el país ni siquiera hay terminales de GNL para posibles entregas de gas licuado. En cuanto a las importaciones de petróleo, el gobierno sí ha cambiado de postura y podría aprobar un embargo a corto plazo.