Una promesa incumplida de Macron
La de las pensiones era “la madre de todas las reformas” en el programa electoral que llevó al Elíseo a Macron en 2017, y estaba en fase de concertación cuando a comienzos de 2020 estalló la crisis de la covid, lo que condujo al presidente a dejarla en pausa.
A finales de 2021, indicó que tenía intención de llevarla a cabo si salía elegido para un segundo mandato, pero con un contenido diferente.
Retrasar la jubilación a los 65 años
Ya no se trata de crear un sistema de pensión por puntos, sino sobre todo de retrasar la edad de jubilación voluntaria de los 62 a los 65 años de forma progresiva. Eso debería permitir alcanzar el equilibrio financiero del sistema a medio plazo.
La primera generación a la que se aplicaría plenamente sería la nacida en 1969. La jubilación a los 65 años tendría excepciones para quienes empezaron a trabajar muy pronto, antes de los 20 años, y para quienes ejercen empleos más “penosos”, como los albañiles, que podrían retirarse antes.
Indexar las pensiones a la inflación y subir las más bajas
Macron subraya que, gracias al margen financiero que daría su reforma, subiría la pensión mínima a 1.100 euros (cerca de 960 millones chilenos) para una carrera laboral de cotización completa (ahora son menos de 1.000).
También dice que se podría garantizar la indexación de las pensiones con la inflación, que quiere aplicar después de una primera revalorización este verano para tener en cuenta el tirón de los precios que se ha acelerado con la guerra en Ucrania y evitar la pérdida de poder adquisitivo.
Le pen promete mantener jubilación en 62 años
Marine Le Pen prometió durante mucho tiempo volver a bajar la edad mínima de jubilación a los 60 años, pero en su programa electoral para 2022 optó por un perfil de política responsable y se contenta mantener los 62 años.
Sí que seguiría con los 60 años para quienes empezaron a trabajar antes de los 20 y han cotizado al menos 40 años.
La batalla de la segunda vuelta
Después de la primera vuelta en que Macron acabó en primer lugar con un 27,84% de los sufragios, por delante de Le Pen (23,15%), las encuestas preludian un resultado muy ajustado entre los dos finalistas el 24 de abril, con ventaja para el primero.
Para ganar, su principal reserva de votos está entre quienes se decantaron el pasado domingo por el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, que terminó en tercera posición con un 21,95%.
Un guiño a los electores de izquierda
Mélenchon, que no ha querido apoyar explícitamente a Macron, pero sí que ninguno de sus electores vote por Le Pen, pretendía en su programa rebajar la edad de jubilación voluntaria a 60 años, como estuvo en vigor durante más tres décadas después de que la instaurara en 1982 el presidente socialista François Mitterrand. Los últimos gestos de Macron son un guiño hacia la izquierda.
Macron se dice dispuesto a moderar su reforma
El presidente saliente repitió este martes en la ciudad de Mulhouse (donde ganó Mélenchon el domingo) el mensaje que dejó caer el lunes durante su primer desplazamiento electoral en Denain (un feudo de Le Pen): para buscar consenso estaría dispuesto a dejar la edad de jubilación en 64 años, y no 65, y a que la reforma se haga a un ritmo más lento. Pero insistió en que “si no se retrasa la edad, no se puede financiar la pensión mínima de 1.100 euros y no se pueden indexar las pensiones”.
Le pen denuncia una maniobra política
Le Pen replicó afirmando que no tiene “ninguna confianza” en Macron “y todavía menos a diez días de la segunda vuelta” electoral. Afirma que si Macron volviese a ganar llevaría hasta el final su “obsesión” de la jubilación a los 65 años y que el presidente intenta una “maniobra” para “tratar de recuperar o al menos atenuar la oposición de los electores de izquierda”.