Este martes la comunidad internacional volvió a arremeter contra Rusia, a quien señala por los crímenes de guerra de la matanza de cientos de civiles en el suburbio de Bucha, cercano a Kiev.
La Corte Penal Internacional (CPI) ha comenzado una investigación sobre los hechos en Ucrania, en los que estudiarán posibles delitos como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
En medio de la indignación internacional por los cientos de muertos tirados en las calles Bucha tras la retirada de las tropas rusas de la localidad al noroeste de Kiev, muchos políticos y líderes mundiales hablan de “crímenes de guerra”.
El Gobierno de Ucrania ha acusado a Rusia por esta “atroz matanza”, mientras que el Kremlin asegura que las devastadoras imágenes de suburbio ucraniano son un “montaje” para manchar su imagen.
No obstante, líderes de Occidente como el presidente de EE. UU., Joe Biden, han llegado a calificar al presidente ruso, Vladimir Putin, como “criminal de guerra”.
El mandatario de Ucrania, Volodímir Zelensky, lo acusó incluso de genocidio, uno de los crímenes de guerra más difíciles de probar.
Pero la definición de “crimen de guerra” es compleja, así como la diferenciación con otros términos como crimen de lesa humanidad.
Muchas veces estos no son determinados hasta años e incluso décadas después de la finalización del conflicto, tras investigaciones minuciosas y una sucesión de juicios.
¿Qué son los crímenes de guerra?
En primer lugar, un crimen de guerra es un acto que se comete durante un conflicto armado, como el de Ucrania, y que viola las leyes humanitarias internacionales -que justo fijan qué se puede hacer y qué no se puede hacer durante este tipo de conflictos-.
Según Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se consideran crímenes de guerra el asesinato o malos tratos contra prisioneros de guerra, los trabajos forzados, el genocidio o la violación, entre otros.
“Durante la guerra se puede matar a enemigos combatientes, pero no se pueden matar civiles. Lo último es un crimen de guerra”, explicó Luis Moreno Ocampo, exfiscal de la Corte Penal Internacional.
Algunos ejemplos históricos de crímenes de guerra son la guerra en Siria o en Yemen.
Las leyes humanitarias que regulan estos delitos están fijadas en varios tratados, como la Convención de Ginebra de 1949, y la entidad que puede perseguir su incumplimiento es la Corte Penal Internacional (CPI).
Estos casos se investigan como cualquier otro -con pruebas, testigos, análisis forenses, etc.- y lo habitual es que tarden décadas en poder probarse desde la finalización del conflicto.
Los fiscales de la CPI deben probar con absoluta certeza la autoría de estos crímenes para poder ejecutar una condena; ya que son delitos muy graves.
Diferencia entre crímenes de guerra y crimen de lesa humanidad
Además de los crímenes de guerra, también figuran otros conocidos como crímenes contra la humanidad o de lesa humanidad.
La principal diferencia con los primeros es que un crimen de lesa humanidad no debe cometerse necesariamente en un contexto de guerra o conflicto armado.
“Un crimen de lesa humanidad es un ataque masivo o sistemático contra la población civil”, apuntó Moreno Ocampo.
Otra característica que diferencia este tipo de crimen es que no va dirigido necesariamente contra un grupo étnico, religioso o racial en concreto.
Según el Estatuto de Roma de la CPI, afirma que no es necesario que se dé en un contexto de asalto militar, como ha sucedido con los ataques a Ucrania.
Aunque en ese caso tampoco es descartable, por eso la CPI necesita ser implacable en sus investigaciones.
Los crímenes incluyen genocidios, exterminios, esclavitud, asesinatos y prostitución forzada, entre otros.
Entre los ejemplos históricos encontramos el apartheid en Sudáfrica o el ISIS en Siria.
Un genocidio puede terminar tipificado como crimen de lesa humanidad, un delito que sí tiene intencionalidad de acabar con un grupo en concreto.
¿Y cuándo se puede hablar de genocidio?
El genocidio implica el ánimo de erradicar a un grupo, mientras que el crimen de lesa humanidad no necesita esa intencionalidad -aunque puede tenerla-.
Es decir, el crimen de lesa humanidad suele seguir unas directrices políticas de un país u organización, mientras que el genocidio quiere eliminar a todos los miembros de un grupo étnico o racial como fin en sí mismo.
En esta línea, este es el crimen más difícil de demostrar ante un tribunal porque hay que lograr pruebas concretas sobre la intencionalidad de destruir a un grupo en particular.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, aseguró que Rusia ha incurrido en este crimen por querer “eliminar” a la población ucraniana por no querer seguir las directrices de Moscú, mientras que Putin señala a Ucrania por acabar con la población del Donbass, donde un alto índice de los ciudadanos es separatista y de habla rusa.
Entre los más conocidos, encontramos el genocidio de Ruanda o el Holocausto nazi.
¿Hay pruebas de crímenes de guerra en Ucrania?
Tanto la organización Human Rights Watch como la fiscal general de Ucrania, Iryna Venediktova, han apuntado asesinatos, violaciones, ejecuciones y saqueos de propiedades civiles, hechos que si se prueban constituirían crímenes de guerra.
“Lo que hicieron en Bucha, o el bombardeo de un hospital o una escuela, son prima facie crímenes de guerra”, dijo Kwon O-Gon, un experto en derecho internacional que sirvió como juez en el Tribunal Penal Internacional, al periódico New York Times.
Las imágenes de ataques contra hospitales, escuelas u otro tipo de refugio para civiles por parte de las tropas rusas también podrían constituir crímenes de guerra. No obstante, se debe probar que estos iban dirigidos contra civiles con una voluntad expresa; de lo contrario, no figurarían como crímenes de guerra.
También del otro lado se han registrado este tipo de acusaciones, Human Rights Watch pidió a Ucrania que investigara crímenes de guerra contra soldados rusos presos; supuestamente torturados y asesinados a manos de los ucranianos.
Todos estos hechos serán investigados por la CPI, ya que aunque Rusia no reconoce al organismo, Ucrania lo pidió y admitió la competencia parcial del Tribunal Penal Internacional (TPI) para comprobar lo que ha pasado en su territorio desde febrero de 2014, y la posterior anexión rusa de Crimea.
¿Los responsables pagarán por los crímenes?
La CPI no dispone de policía o fuerzas militares propias, y cuando dictan una sentencia dependen que de que el país entregue a la persona acusada para procesarla.
En el caso en concreto de Bucha, en Ucrania, “hará falta mucho tiempo para demostrar quién mató a esas personas y, sobre todo, quién lo ordenó”, aseguró Moreno Ocampo.
Además, depende en gran medida del fiscal de la CPI, que en estos momentos es Karim Khan, ya que es quién decide la escala de la investigación. Es decir, si decide ir a menor escala -e investigar e imputar a capitanes o tenientes- o ir a gran escala y perseguir a un jefe de Estado o presidente.
Respecto a Ucrania, según Moreno, el crimen que ya se puede probar es el de agresión, ya que Putin ordenó oficialmente “intervenir militarmente en el país”.
El problema en este caso es que no se puede investigar porque, para que vaya adelante, el Consejo de Seguridad de la ONU lo debe aprobar con una resolución. Algo que no pasará, ya que Rusia y China tienen poder de veto.
“¿La investigación de la CPI llegará igualmente a Vladimir Putin? Podría hacerlo, todo depende del fiscal que tome el caso”, apostó Moreno.
Estos procesos tardarán años e incluso décadas en resolverse. Pero si se termina condenando a alguien, la condena es vitalicia y puede aplicarse contra un presidente o político incluso cuando ya ha dejado de ejercer sus funciones.
“Tarda tiempo, pero al final la justicia llega”, concluyó Moreno.