“Lo que estará en juego el 24 de abril no es sólo el voto de las circunstancias, sino una elección de sociedad, e incluso de civilización”, advirtió Le Pen ante sus partidarios. “El próximo día 24 se juegan dos visiones de la sociedad, la de la división y el desorden o la de la unión de los franceses en la justicia social y la protección. Todos los que no han votado a Macron están invitados a sumarse a esta unificación”.
Los resultados marcan una ligera mejoría de Macron con respecto a los últimos sondeos, que también indican que el actual presidente volvería a imponerse en la segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo día 24, pero con una ventaja inferior a la de 2017, cuando casi dobló en votos a Le Pen.
Según las proyecciones, la candidata de la extrema derecha mejoró los resultados de hace cinco años, cuando consiguió el 21,30 % de los sufragios.
Le Pen, a quien los sondeos dan muy cerca de la victoria en la segunda vuelta, aseguró que asume “la responsabilidad de levantar el país” y se puso “al servicio de todos los franceses” para defender su visión del país, basada en la tradición, la lucha contra la inmigración y la seguridad.
“Veo la esperanza de las fuerzas que quieren levantar el país”, dijo Le Pen, que consideró que Francia se divide entre “dos visiones diferentes de la sociedad” y que lo que elijan los franceses “no marcará solo los cinco años siguientes, sino los próximos cincuenta”.
Pero prometió “poner orden en Francia en cinco años” y repitió algunos de los puntos esenciales de su programa, como la introducción de la iniciativa popular para celebrar referendos o “un sistema sanitario accesible a todos y una vivienda decente”.
“Quiero crear un Estado protector que garantice la libertad de todos. Mi ambición es unir a los franceses, convertir a Francia en una potencia de paz, un país que vuelva a tener grandeza”, afirmó, aclamada por sus partidarios que gritaban “Marine presidenta”.