La corte turca estaba juzgando en ausencia a 26 ciudadanos saudíes, acusados de haber asesinado y hecho desaparecer el cadáver de Jamal Khashoggi, un periodista crítico con el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán. Khashoggi fue visto por última vez el 2 de octubre de 2018, cuando entró en el consulado de su país en Estambul, Turquía.
Las autoridades turcas consideraban que el periodista fue asesinado por un comando llegado a Estambul desde Riad y que su cuerpo fue luego descuartizado y “disuelto”.
La Fiscalía turca abrió hace dos años un juicio en ausencia contra 26 ciudadanos saudíes, mientras que Arabia Saudí cerró el caso en septiembre de 2020 tras condenar a ocho acusados, cinco de ellos a pena de muerte, que fue luego conmutada por 20 años de prisión.
La decisión de traspasar el caso del asesinato de Khashoggi a Arabia Saudí llega después de que el Ministerio de Justicia haya evaluado la petición de cerrar el caso, formulada el pasado 31 de marzo de 2022 por el fiscal encargado del expediente. El letrado turco argumentó entonces que todos los sospechosos están en el extranjero y que no era posible arrestarlos.
Por su parte, Ali Ceylan, abogado de Hatice Cengiz, prometida del periodista, criticó la decisión asegurando que es necesario “proteger la dignidad de la nación turca”.