El duque de York, de 62 años, y su exesposa Sarah Ferguson fueron nombrados en el marco de un litigio ante la Alta Corte de Londres entre Nebahat Isbilen, una septuagenaria turca, y Selman Turk, un empresario turco afincado en Londres.
La mujer afirma haber confiando en el banquero para sacar su fortuna de Turquía después de que su marido fuera encarcelado allí por “razones políticas”.
Según los documentos presentados en el caso, el príncipe y su exesposa recibieron “importantes sumas” de este exbanquero, acusado de desviar unos 40 millones de libras (41 mil millones de pesos chilenos) de Isbilen.
“El dinero se utilizó para fines ajenos a la señora Isbilen como, por ejemplo, importantes sumas pagadas al príncipe Andrés y a Sarah Ferguson”, según los abogados de la demandante.
Según el diario británico Daily Telegraph, el príncipe recibió más de un millón de libras (mil millones de pesos chilenos).
Estos pagos incluirían un “regalo” de 750.000 libras (768 millones de pesos chilenos) realizado por Isbilen por consejo de Turk, a cambio del cual la mujer pensaba que se la ayudaría a obtener un pasaporte británico y huir de Turquía.
Desde entonces, el hijo de la reina ha devuelto el dinero, pero ha “rehusado” responder a las preguntas del abogado de Isbilen, según el diario.
La denunciante afirma además que este pago se produjo en noviembre de 2019, pocos días después de que el empresario al que había confiado su fortuna ganara un premio en un concurso de empresarios organizado por el príncipe.
Apartado de la vida pública, Andrés apareció el martes en la Abadía de Westminster del brazo de su madre, por primera vez desde que llegó a un acuerdo extrajudicial con la estadounidense Virginia Giuffre, que le acusó de agresión sexual cuando ella era menor y víctima del fallecido financiero pederasta estadounidense Jeffrey Epstein.
Como consecuencia de estas acusaciones, Andrés fue privado en enero de sus honores militares y ya no puede utilizar su título de Alteza Real.