“No pude ir hasta el final. Renuncié a activar mi cinturón. No por cobardía, no por miedo. Porque no quería, es todo”, dijo el principal acusado durante el juicio por esos atentados, que causaron 130 muertos.
Abdeslam decidió finalmente responder a algunas preguntas de una de las abogadas de la acusación particular, después de haber asegurado en la apertura de la sesión que se acogía a su derecho de guardar silencio y haberse negado a contestar al presidente del tribunal, a la Fiscalía y a la mayor parte de los letrados que representan a los familiares de las víctimas.
A la letrada Claire Josserand-Schmitt, que representa a la familia de uno de los fallecidos en el Bataclan, decidió responderle a algunas preguntas “porque se lo había prometido” en los días previos.
La abogada le preguntó si el amor por su novia era sincero y eso desató la lengua del acusado, que aseguró que sí y siguió respondiendo a otros interrogantes.
Aseguró que hasta la víspera de los atentados no supo que su hermano Brahim participaría en los mismos y que fue en ese momento cuando se encontró con el cerebro de la masacre, Abdelhamid Abaaoud.
“Es en ese momento cuando mi vida cambió”, aseguró el acusado, quien indicó que fue entonces cuando fue incluido en el dispositivo.
Tras renunciar a inmolarse, Adbeslam aseguró a otros cómplices que su cinturón no había funcionado.
Pero a preguntas de la abogada reconoció que era mentira: “Sentía vergüenza de no haber llegado hasta el final. Temía lo que pensaran los otros. Y tenía 25 años”.
El acusado justificó su silencio durante buena parte de la jornada por el hecho de que sus palabras “se sacan de contexto” y porque siente que se está juzgando lo que hizo el Estado Islámico en Siria y no los ataques de la coalición contra ellos.
“Si ustedes miran lo que el EI hizo y no lo que ustedes hicieron, no van a dar un veredicto equitativo (…). Me gustaría que la gente que perdió a sus allegados en los bombardeos (en Siria) también pudiera declarar”, aseguró.
Abdeslam indicó, antes de volver a negarse a responder a los otros abogados, que quieren condenarle “a una pena severa no por justicia, sino para rendir cuentas” a los familiares de las víctimas de los atentados en Francia.