Imágenes capturadas en el metro de Kiev muestran a un soldado ucraniano herido deja caer sus muletas al suelo, enjuga las lágrimas de su esposa, aturdida, y coge a su hijo de cinco años en brazos.
Al menos 15.000 personas estarían ocultas actualmente bajo el metro de Kiev, en la capital de Ucrania, para protegerse de los bombardeos y la invasión rusa.
Según Viktor Braginsky, director del metro de Kiev, el lugar puede albergar hasta 100.000 personas e indicó que las estaciones tienen agua, baños, alimentos y medicinas.
Se indicó además que las estaciones fueron cavadas a propósito a gran profundidad, para que pudieran servir de refugio. Según se detalló, la estación de Arsenalna, a 105 metros bajo tierra, es la más profunda del mundo.
Es debido a esto que el medio de transporte público favorito de los habitantes de Kiev, con sus 52 estaciones y sus 67 kilómetros de túneles, está prácticamente parado.
Braginsky señaló que no pensaba que él llegaría a ver el metro que gestiona utilizado como refugio para una ciudad entera y en tiempos de guerra.
Cada estación puede acoger a hasta 1.000 personas y resistir ataques de los cohetes, morteros que las fuerzas armadas rusas lanzan contra la ciudad.
Familias refugiadas en el metro de Kiev
En la estación de Dorohozhychi ya hay varias familias instaladas, algunas desde hace seis días, y poco a poco se van haciendo a la idea de que la situación podría ir para largo.
Familias levantaron tiendas de campaña, mientras que otros han puesto sus bártulos sobre toallas, para no dejarlos directamente en el suelo.
Una jubilada, Antonina Puziy, tiene incluso lo necesario para cocinar, segúyn logró registrar RFI.
La mujer, de 75 años, corrió a refugiarse con sus nietos en cuanto el primer ataque de misiles se abatió sobre la capital, el jueves por la mañana. “Vivimos en un 12º piso. Desde allí arriba, es aterrador”, dice.
“Mis hijas nos traen de comer. Los vecinos han venido con galletas para los niños. Todos permanecemos unidos”, asegura.
Algunos hombres salen a tomar el aire y escapar un poco del ambiente cargado del metro.
Segunda guerra mundial
La red metropolitana de Kiev fue construida a principios de los años 1960, cuando el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y de los bombardeos seguían muy vivos.
Aún así, todas las estaciones siguen abiertas para quienes no tengan ningún refugio cerca de casa, como le ocurre a muchos capitalinos, gran parte de los cuales vive en edificios altos, muy vulnerables a los bombardeos.
En la humedad del subterráneo, Sergeii y Natalyia Badylevych celebran su reencuentro.
Llevaban separados desde el martes, tras las caóticas escenas que siguieron a la caída de un misil ruso contra la torre de la televisión pública ucraniana, a unos centenares de metros de allí.
El ataque mató a una familia de cuatro personas y a un periodista.
Sergeii, que cojea porque tiene una pierna rota, admite que se temía lo peor. “Ayer, [mi familia] salió y dos minutos después se produjo la explosión”, cuenta el hombre, de 41 años. Está tan nervioso que se le traban las palabras.
“Llamé a mi esposa para decirle que volviera a casa, pero otro, en la calle, le gritó que se fuera al refugio”, explica. “Yo no sabía para nada si estaba viva”, añade, mirando a la mujer, que intenta contener el temblor de sus manos.