En el conflicto de Ucrania, los europeos se esfuerzan por avanzar en varias rondas de conversaciones. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha propuesto incluso un nuevo pacto militar.
La semana pasada se produjo una escena insólita en el Parlamento ucraniano. Más de 20 de diputados se reunieron alrededor del atril y mostraron a las cámaras las banderas de la OTAN y los colores nacionales de los Estados aliados en señal de agradecimiento por el apoyo extranjero en el conflicto con Rusia. Dos veces en un lugar destacado: la bandera del Reino Unido.
Incluso cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, aterrizó en Kiev el martes pasado para iniciar una visita a Ucrania, la bandera nacional británica lució en las calles de la capital ucraniana. Obviamente, Ucrania está agradecida al jefe de Gobierno de Londres, que atraviesa graves problemas internos. El Gobierno de Johnson había suministrado al país armas antitanque en las últimas semanas.
Además, el Ejército británico está entrenando a soldados ucranianos, y Johnson promete un apoyo financiero de 124 millones de dólares para Kiev en la crisis.
El sueño de una “mini versión” de la OTAN
Pero Boris Johnson también trató otro tema con sus socios en la capital ucraniana: un pacto militar entre Londres, Varsovia y Kiev. La ministra de Asuntos Exteriores británica, Elizabeth Truss, iba a presentar oficialmente el proyecto el miércoles, pero debido a una enfermedad tuvo que cancelarlo con poca antelación.
Pero incluso sin presentación oficial, para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, esta “pequeña alianza”, como él la llama, es una “señal de esperanza”. Su ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, explica las razones: el objetivo principal de la alianza, dice, es consolidar un cinturón de seguridad y reforzar el eje Báltico-Mar Negro, refiriéndose principalmente a la presencia de la Marina polaca en el Mar Báltico, que ya es importante para Ucrania, y de las fuerzas británicas en el Mar Negro, que apoyan a las fuerzas ucranianas en esa zona.
“No podemos esperar a tener seguridad y prosperidad en algún momento del futuro, solo para cuando seamos miembros de la Unión Europea y de la OTAN. Lo necesitamos ahora”, dijo el ministro.
Oleksandr Merezhko, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano, considera que Polonia y Gran Bretaña son los socios estratégicos más fiables de Ucrania en la actualidad. “Tal vez también merezca la pena pensar en crear una especie de ‘mini OTAN’. Eso podría ser viable, ya que el Reino Unido es uno de los principales países de Europa, aunque no sea miembro de la UE”, dijo Merezhko a Deutsche Welle.
Boris Johnson y la vision de “Global Britain”
La opinión pública británica tiene una visión mucho más sobria del pacto militar previsto.
Johnson espera demostrar sus cualidades como estadista en la crisis de Ucrania para contrarrestar las críticas que le llegan desde sus propias filas, escribe el periódico liberal de izquierda The Guardian.
Sin embargo, el exdiplomático alemán Hans-Dieter Heumann considera que la alianza está motivada por algo más que la política interna: “Es poco probable que la ‘alianza tripartita’ se convierta en una alianza formal”, analiza el expresidente de la Academia Federal de Política de Seguridad, en entrevista con DW. “Vemos un intento del primer ministro de demostrar la proclamada visión de ‘Global Britain”, es decir, de Gran Bretaña como actor global sin la Unión Europea”, dice ‘Heumann.
Polonia como socio cortejado
No sorprende que, además del diligente premier británico, también Polonia se involucre en la crisis de Ucrania.
Varsovia es el aliado más cercano de Ucrania en la OTAN y la Unión Europea. Los dirigentes polacos están muy interesados en apoyar a Ucrania, siempre que sea posible. Pero el Gobierno polaco también deja bien en claro cuáles son los límites de este pacto. “Las actividades en solitario no nos interesan. Nuestra fuerza reside en la OTAN. Si fuera necesario enviar tropas a Ucrania, podremos hacerlo con el acuerdo de la OTAN”, afirma el general Waldemar Skrzypczak, antiguo comandante de las fuerzas terrestres de Polonia y actual viceministro de Defensa.
Skrzypczak también aprovechó la rueda de prensa sobre el nuevo pacto militar para criticar claramente la política alemana en Ucrania: “El envío de 5.000 cascos de Alemania para Ucrania tiene características de cabaret. La actitud alemana es desconcertante”.
Para el Gobierno alemán, esta valoración no deja de ser problemática, ya que Alemania y Francia, junto con el Reino Unido, también están cortejando el apoyo polaco en la crisis de Ucrania.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha mantenido la perspectiva de una cumbre con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente polaco, Andrzej Duda, el viernes. Pero esta reunión del “Triángulo de Weimar” está descartada por el momento debido a dificultades de calendario.
La música está sonando en Washington
En cuanto a los avances diplomáticos, Heumann mira actualmente sobre todo hacia Washington, donde el Gobierno estadounidense ha creado un nuevo espacio para la negociación. Después de que el diario español El País publicara las dos cartas de respuesta de la OTAN y de Estados Unidos a Rusia, supuestamente auténticas, el experto en seguridad dice que la contestación por separado de Washington a Moscú es algo “notable”.
Por primera vez, EEUU ha aceptado que la seguridad no puede garantizarse a costa de otros países, señala. Hasta ahora, la OTAN ha insistido en el principio de libre elección de alianza, en concreto: no se impide que ningún Estado se una a la OTAN, aunque sea fronterizo con Rusia. Moscú, por otro lado, insiste en las garantías de su seguridad indivisa y sin menoscabo.
Para Heumann, no se trata de una cuestión filosófica, sino de un gran paso adelante: “Ahora hay incluso propuestas concretas sobre la mesa para la retirada mutua de las tropas rusas en la frontera con Ucrania y de las infraestructuras estadounidenses en Ucrania. Rusia y Occidente podrían iniciar ahora negociaciones serias”, subraya.
En la actualidad, parece que las cuestiones estratégicas de seguridad en Europa se resolverán principalmente de forma bilateral entre Washington y Moscú. Los británicos, los franceses, los alemanes, y también los polacos, ejercerán su influencia a través de la OTAN.
Sin embargo, Heumann cree que el progreso para la población de Ucrania y la situación en las regiones separatistas podría lograrse a través del Formato de Normandía, donde los negociadores de los Estados participantes están buscando soluciones.