Macron, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea (UE), tiene previsto llegar a Moscú este lunes por la tarde. Al término de sus conversaciones con Putin, ambos mandatarios ofrecerán una rueda de prensa conjunta, indicó el Elíseo. Pero, “la situación es demasiado compleja como para esperar grandes avances en el curso de una reunión”, adelantó el portavoz ruso, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
Para París, la visita de Macron a la capital rusa no solucionará por sí sola el conflicto, pero podría ser un buen punto de partida para evitar la degradación de la situación actual, tras el despliegue de más de 100.000 soldados rusos junto a la fronteras de Ucrania. Se espera que impulse un estancado plan de paz para el viejo conflicto con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
El viaje será una apuesta política para Macron, quien enfrenta una reelección en abril.
El jefe del Kremlin y el presidente francés han hablado por teléfono en tres ocasiones en las últimas dos semanas, tanto sobre la situación en torno a Ucrania como sobre las garantías de seguridad que Rusia exige de Estados Unidos y la OTAN, entre las que se cuenta la renuncia de la Alianza a su política de puertas abiertas.
Ucrania, la OTAN y la seguridad en Europa
El líder francés propone un “nuevo equilibrio” para mantener la paz y la seguridad en el continente, en especial de los vecinos de Rusia, y también atender a las preocupaciones del Kremlin por la expansión de la OTAN.
Estados Unidos y la Alianza Atlántica rechazaron de plano las demandas de Rusia de garantías de seguridad, que incluyen el compromiso jurídicamente vinculante de que ni Ucrania ni ninguna otra antigua república soviética nunca será aceptada en la OTAN.
Moscú había advertido de que adoptaría “medidas político-militares” en caso de que no se tomaran en cuenta sus preocupaciones por el acercamiento de la OTAN a sus fronteras, pero hasta ahora no se ha pronunciado sobre el rechazo a sus exigencias. Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, además de los temas centrales de la agenda, Putin y Macron tendrán la oportunidad de abordar también asuntos concernientes a las relaciones bilaterales.
También este lunes, el canciller alemán, Olaf Scholz, se reunirá con el presidente estadounidense, Joe Biden, en Washington. “Trabajamos fuerte para enviar a Rusia un mensaje claro de que deberá pagar un precio alto si interviene en Ucrania”, declaró Scholz al diario Washington Post en una entrevista. Scholz aseguró el domingo que Berlín está preparado para enviar más soldados a los países bálticos, además de los 500 que ya están en Lituania con una operación de la OTAN.
A su vez, Biden ofreció 3.000 soldados de su país para fortalecer el flanco oriental de la OTAN, y una parte del contingente llegó el domingo a Polonia. Pero el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo el domingo a Fox News que Biden “no está enviando fuerzas para iniciar una guerra o librar una guerra con Rusia en Ucrania”: “Enviamos fuerzas a Europa para defender el territorio de la OTAN”, aclaró.
Scholz estará en Moscú y Kiev la próxima semana para conversar con Putin y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. En tanto, su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, visitará Kiev con sus pares checo, eslovaco y austriaco durante dos días.
Ucrania matiza pronósticos de EE. UU.
Este mismo lunes, los ministros de Relaciones Exteriores alemán, checo, eslovaco y austriaco viajan a Kiev, que el domingo le bajó el tono a los pronósticos estadounidenses de que Moscú intensifica su preparación para una incursión a gran escala en Ucrania.
Moscú niega que pretenda invadir Ucrania, y un consejero presidencial de Kiev aseguró que las posibilidades de una solución diplomática son “sustancialmente más grandes que la amenaza de una mayor escalada”.
Entretanto, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró en Twitter: “No crean en las predicciones apocalípticas. Diferentes capitales tienen escenarios diferentes, pero Ucrania está lista para cualquier desarrollo”.
Autoridades estadounidenses dijeron que Rusia desplegó 110.000 soldados a lo largo de la frontera con Ucrania, pero las evaluaciones de inteligencia no han determinado si los planes del presidente ruso, Vladimir Putin, son de invadir. Señalaron que Rusia está encaminada a amasar una fuerza de unos 150.000 soldados para una invasión a gran escala a mediados de febrero.
Con ello podría tomar la capital Kiev en 48 horas, en una operación que podría matar a hasta 50.000 civiles, 25.000 soldados ucranianos y 10.000 militares rusos, desatando una ola de hasta cinco millones de refugiados, agregaron los funcionarios de inteligencia. Además del potencial costo humano, Ucrania teme un daño mayor a su golpeada economía.