El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió este miércoles a Rusia de que los aliados le impondrán sanciones económicas que por el momento se han abstenido de utilizar en el caso de que Moscú decida un nuevo ataque militar contra Ucrania, en cuya frontera acumula tropas de combate.
“Si Rusia sigue el camino de la confrontación en Ucrania responderemos con resolución, incluyendo con medidas de impacto económico que hemos evitado usar en el pasado”, indicó Blinken en una rueda de prensa al término de una reunión de dos días de ministros de Exteriores de la OTAN.
El jefe de la diplomacia estadounidense aseguró que ha compartido esa idea con aliados y socios y que ha “encontrado una solidaridad tremenda” en términos de “determinación y voluntad de perseguir medidas fuertes en el caso de que Rusia invada Ucrania”.
Blinken no especificó cuáles podrían ser esas medidas, pero aseguró que trabajará estrechamente con los aliados y países socios en los próximos días y semanas para abordar los detalles.
Según dijo, en las últimas semanas “Rusia ha acelerado la planificación de una potencial acción militar en Ucrania, incluyendo con el posicionamiento de decenas de miles de fuerzas de combate adicionales cerca de la frontera ucraniana”.
“Estamos profundamente preocupados por las evidencias de que Rusia ha hecho planes para una agresión significativa contra Ucrania”, recalcó, y se refirió a que esa planificación incluye “desestabilizar Ucrania desde dentro” y “operaciones militares a gran escala”.
“Hemos visto este cuaderno de estrategias antes, en 2014, la última vez que Rusia invadió Ucrania. Entonces, como ahora, incrementaron significativamente las fuerzas de combate cerca de la frontera, y entonces, como ahora, intensificaron la desinformación” para situar a Ucrania como el agresor que justificara una acción militar planeada con antelación, apuntó.
“No sabemos si el presidente (ruso, Vladímir) Putin ha tomado la decisión de invadir. Lo que sí sabemos es que ha puesto en marcha la capacidad para hacerlo en poco tiempo si así lo decidiera”, advirtió.
A pesar de “la incertidumbre sobre las intenciones y el momento”, Blinklen abogó por “prepararnos para todas las contingencias mientras trabajamos por que Rusia revierta este curso”.
Recordó que el presidente de EE. UU., Joe Biden, ha abordado el asunto con aliados y socios en la última cumbre del G20 en Roma e incluso, directamente, con Putin, y que han dejado claro a Moscú que “responderíamos con determinación, incluyendo con un conjunto de medidas de alto impacto económico que nos hemos abstenido de utilizar en el pasado”.
En Riga, Blinken afirmó que ha “consultado y coordinado con los aliados” y que “es evidente que están tan determinados como lo estamos nosotros”.
“Lo he escuchado alto y claro en nuestras discusiones ayer y hoy de virtualmente todos los miembros de la OTAN, y en consultas directas con Francia, Alemania y el Reino Unido”, explicó, y recalcó que “estamos preparados para imponer un coste severo a una nueva agresión de Rusia en Ucrania” a la vez que “la OTAN está preparada para reforzar sus defensas en el flanco este”.
Blinken apuntó que mañana continuará las consultas en la reunión de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que se celebra hasta el viernes en Estocolmo, en la que también se entrevistará con sus homólogos ruso, Serguéi Lavrov, y ucraniano, Dmitro Kuleba.
“Así como hemos sido claros con Moscú, también urgimos a Ucrania a continuar ejerciendo moderación”, declaró, ya que lo que pretende Rusia es “provocar” para “algo que está planificando hacer sola”.
Por ello, instó a que Rusia y Ucrania “vuelvan al diálogo” en el marco de los acuerdos de paz de Minsk.