La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, prometió este lunes, ante sus compañeros de partido, “comenzar el proceso necesario” el próximo año para celebrar “un referéndum antes del final de 2023”, en su discurso de clausura del congreso anual del Partido Nacional Escocés (SNP), que ella encabeza.
Sturgeon cerró la segunda conferencia de la formación nacionalista escocesa en tres meses con el propósito de cumplir “la promesa por la que fuimos elegidos”, y afirmó, en un discurso telemático, que su objetivo es “ofrecer” a Escocia “la opción de un futuro mejor a través de la independencia.”
“El próximo año, si la covid lo permite”, comenzará una campaña “para persuadir a la mayoría de Escocia” de que el “futuro es más seguro como una nación independiente”, anunció.
“Durante el próximo año, iniciaré el proceso necesario para posibilitar la celebración de un referéndum antes del final de 2023”, afirmó la ministra principal ante la conferencia.
La líder independentista ligó en septiembre la celebración de un segundo referéndum de autodeterminación a la situación de la pandemia.
La gestión de la nueva variante ómicron -con seis casos detectados por el momento en Escocia- y de los próximos meses de invierno serán fundamentales para confirmar o desechar la fecha marcada por el Gobierno escocés y sus aliados ecologistas en el poder.
En manos de Johnson
Sturgeon consideró que la llamada ley de Mercado Interno, aprobada por el Gobierno británico para regular las relaciones económicas entre las diferentes naciones que forman Reino Unido tras el Brexit, está “erosionando de forma activa el poder de nuestro Parlamento elegido democráticamente”.
Este nuevo marco legislativo recentraliza, a juicio de los nacionalistas, competencias que el Gobierno escocés considera suyas, a raíz de la salida de la Unión Europea. “Esto cristaliza la opción a la que Escocia se enfrenta”, afirmó Sturgeon.
El Partido Nacional Escocés aprobó a principios de año su hoja de ruta para la independencia, en la que opta primero por “el acuerdo” con el Gobierno británico, aunque, en caso contrario, el Ejecutivo escocés no descarta llevar la cuestión ante la Justicia.
La formación nacionalista introduciría un proyecto de ley en la Cámara regional durante esta legislatura, según dijo ayer su líder en el Parlamento británico, Ian Blackford, en la BBC, aunque sin precisar cuándo piensan hacerlo.
Para la celebración de una consulta sobre el futuro de la Unión es necesario primero el beneplácito del Parlamento de Westminster, a priori fuera de las competencias de la Cámara escocesa de Holyrood.
Los últimos sondeos muestran un rechazo a la celebración del referéndum en 2023, con un 60% de los escoceses en contra de la consulta en esa fecha, aunque, por el contrario, un 46% está a favor de que ésta tuviera lugar durante la presente legislatura, que termina en 2026, según la firma YouGov.
A día de hoy, y según esas mismas encuestas, el “no” a la independencia ganaría con un 53% de apoyos, frente al 47% que optaría por el “sí”, porcentajes similares a los obtenidos en el primer referéndum sobre esta misma cuestión, celebrado en 2014 (55,3% y 44,7%, respectivamente).