Un informe elaborado por dos comisiones del parlamento británico concluyó que la respuesta inicial del gobierno de Boris Johnson y sus asesores agravó los efectos de la pandemia de covid-19, al adoptar una respuesta gradual en vez de alimentarse de la experiencia internacional que instaba a adoptar medidas más duras desde un principio.
Un contundente informe parlamentario publicado este martes acusó al gobierno de Boris Johnson y a sus asesores científicos de “graves errores” y retrasos en la gestión inicial de la pandemia, denunciando “uno de los mayores fracasos de la sanidad pública” del país.
Este informe, publicado por dos comisiones parlamentarias tras meses de sesiones, llega antes del inicio, previsto para el próximo año, de una investigación pública independiente sobre la gestión del coronavirus por el ejecutivo.
En sus 151 páginas, explica como en un primer momento la acción contra el covid-19 se determinó basándose en el comportamiento del virus de la gripe y desestimando las lecciones aprendidas de anteriores epidemias como el ébola o el SARS.
Así, el gobierno “deliberadamente” adoptó una “estrategia gradual y progresiva” en vez de medidas contundentes.
Esta “mala” decisión estuvo motivada por los consejos de los asesores científicos, asegura la investigación, elaborada con la participación de los diferentes partidos, incluidos los conservadores en el poder.
Con 138.000 muertos, el Reino Unido es uno de los países más castigados de Europa por el covid-19, lo que suscitó muchos interrogantes sobre el porqué.
Apoyándose en una extensa campaña de vacunación, con 78% de los mayores de 12 años actualmente inoculados, en julio levantó la práctica totalidad de medidas sanitarias, incluido el uso de mascarillas en interiores y el mantenimiento de distancia física.
Hoy en día registra unos 35.000 nuevos casos diarios y en torno a 100 muertes diarias.
“Uno de los mayores fracasos”
Según el informe, hasta la instauración del primer confinamiento el 23 de marzo de 2020, el gobierno “solamente buscó moderar la velocidad de los contagios” entre la población, en vez de detener completamente la propagación del covid-19.
Este enfoque resultó “erróneo” y provocó un mayor número de muertes, afirman los legisladores, en cuya opinión el hecho de no realizar tests a los ancianos dados de alta de los hospitales antes de devolverlos a las residencias también incrementó la mortalidad.
Es “asombroso” que necesitaran tanto tiempo para darse cuenta de que era necesario un confinamiento completo, aseguran los parlamentarios, señalando que un modelo estadístico desarrollado por el Imperial College de Londres preveía hasta 500.000 muertes si no se contenía la epidemia.
“Las decisiones relativas al confinamiento y el distanciamiento social tomadas en las primeras semanas de la pandemia -y los consejos que las provocaron- constituyen uno de los mayores fracasos de la sanidad pública que el Reino Unido jamás ha conocido”, aseguran los diputados.
“Si hubiéramos estado más abiertos a los planteamientos de otros países, podríamos haber adoptado un mejor enfoque con mayor rapidez”, consideró el conservador Jeremy Hunt, exministro de Sanidad y presidente de una de las dos comisiones, refiriéndose a los programas de rastreo de contactos desarrollados en los países asiáticos.
“Lecciones que aprender”
No obstante, el informe celebra también algunos “grandes éxitos”, como el programa de vacunación que se desplegó rápidamente a partir del 8 de diciembre.
“Es esencial extraer lecciones para ser tan competentes como sea posible en el resto de la pandemia y en el futuro”, afirmaron en una declaración conjunta Hunt y Greg Clark.
La comisiones que presiden tomaron declaración a una serie de personalidades, incluido el controvertido exasesor de Johnson, Dominic Cummings, que arremetió contra la gestión de la crisis por parte del primer ministro.
El líder conservador también ha sido muy criticado por retrasar el inicio de la investigación independiente.
Johnson anunció en mayo que esta examinará la actuación de su gobierno “con el mayor rigor y franqueza posibles y buscando aprender todas las lecciones para el futuro”.
Pero se negó a que comenzara antes de la próxima primavera, argumentando que la investigación podría obstaculizar la respuesta que el país está dando a la pandemia.
En respuesta al informe, el ministro Steve Barclay, encargado de coordinar la acción gubernamental, afirmó al canal Sky News que “si hay lecciones que aprender, estamos dispuestos a hacerlo”, pero se negó a pedir disculpas e insistió en que el ejecutivo siguió el asesoramiento científico predominante.
“Creo que hubo un debate riguroso del gobierno con la ciencia, pero por supuesto esto no tenía precedentes, así que fue una situación en desarrollo para los propios científicos”, subrayó.