Las devastadoras inundaciones en el oeste de Alemania causaron la muerte de al menos 165 personas, indicó este lunes un nuevo balance, que da cuenta de numerosos desaparecidos.
En la región de Renania-Palatinado, la más afectada por el desastre, “el número de muertos es ahora de 117”, frente a los 112 contabilizados anteriormente, “y hay 749 heridos”, dijo a la Agence France-Presse Verena Scheuer, portavoz de la policía de Coblenza.
En Renania del Norte-Westfalia, el último informe difundido el domingo informó de “al menos” 47 muertos.
En la región de Baviera, sur del país, donde se registraron este fin de semana importantes inundaciones, murió una persona.
El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, visitará el lunes las zonas afectadas, en particular en Bad Neuenahr-Ahrweiler, en uno de los valles arrasados por las inundaciones.
Desastre histórico
El mortífero balance de las inundaciones dejó al ministro Seehofer en el centro de una polémica sobre una eventual falla de los sistemas de alerta a la población.
Alemania sigue conmocionada por el mayor desastre natural en la historia reciente del país.
El domingo, la canciller Angela Merkel visitó el pueblo de Schuld, no lejos de Bonn, donde el río Ahr, transformado en un torrente furioso, destruyó parte del centro histórico.
“El idioma alemán tiene problemas para encontrar las palabras para describir la devastación que se ha ocasionado”, afirmó Merkel, que describió una situación “surrealista” y prometió la ayuda del estado federal.
A partir del miércoles, el gobierno entregará ayudas de emergencia de al menos 300 millones de euros (unos 350 millones de dólares), antes de elaborar un vasto programa de reconstrucción de varios miles de millones de euros.
Expertos científicos y políticos dijeron que el desastre era una consecuencia del calentamiento global.
Merkel pidió el domingo que se haga un “gran esfuerzo” para acelerar las políticas para luchar contra el cambio climático.