En nombre de la “reconciliación”, el gobierno español indultará el martes a los nueve líderes separatistas catalanes encarcelados por el intento de secesión de 2017, anunció este lunes en Barcelona el presidente del ejecutivo, Pedro Sánchez.
“Mañana (martes), pensando en el espíritu constitucional de concordia, propondré al consejo de ministros conceder el indulto a los nueve condenados”, que recibieron penas de entre nueve y 13 años de cárcel en octubre de 2019 y en unos días se verán libres, dijo Sánchez en el Teatro del Liceo de Barcelona (noreste).
“La razón fundamental de los indultos es su utilidad para la convivencia”, argumentó el líder socialista, entre los gritos de algunos presentes en la sala, que pedían una amnistía.
Sánchez explicó que “aun comprendiendo los motivos del rechazo” a la medida por parte del separatismo más radical y la oposición de derecha, su gobierno “ha optado por abrir paso a la reconciliación y al reencuentro”.
“Con este acto sacamos materialmente de la cárcel a nueve personas, pero sumamos simbólicamente a millones y millones de personas para la convivencia”, insistió.
Frente al teatro, cientos de manifestantes independentistas exigieron una amnistía, un extremo que implicaría borrar los delitos cometidos por los líderes separatistas, y que para el gobierno español no tiene cabida en un régimen democrático.
“Lo que queremos es la independencia, no queremos migajas ni perdones”, dijo a AFP Ángel Segura, de 18 años.
El presidente regional catalán, el independentista moderado Pere Aragonès, afirmó que “con esta decisión del gobierno español se corrige una sentencia del Tribunal Supremo que fue injusta”, porque “organizar un referéndum no puede ser delito”.
Campaña intensa
Pese a la prohibición de la justicia, el gobierno regional, presidido entonces por el independentista Carles Puigdemont, organizó el 1 de octubre de 2017 un referéndum de autodeterminación, marcado por unas escenas de violencia policial que dieron la vuelta al mundo.
El 27 de ese mes, el Parlamento catalán declaró unilateralmente la independencia, a lo que el gobierno español, entonces presidido por el conservador Mariano Rajoy, respondió destituyendo al ejecutivo catalán y poniendo bajo tutela a esta comunidad autónoma.
Perseguidos por la justicia, los dirigentes secesionistas huyeron de España, como Puigdemont, o fueron detenidos, como el entonces vicepresidente catalán y líder de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), Oriol Junqueras.
En octubre de 2019, el Tribunal Supremo condenó a nueve líderes separatistas a penas de cárcel de entre 9 y 13 años, una sentencia que desató manifestaciones masivas en Cataluña, algunas de ellas violentas.
Rechazado por el Tribunal Supremo, el indulto tampoco cuenta con un apoyo mayoritario: según un sondeo de Ipsos, el 53% de la ciudadanía española se opone, aunque el 68% de los catalanes sí ve bien las medidas de gracia.
La derecha sacó en Madrid a decenas de miles de personas el 13 de junio contra estos indultos únicamente motivados, según ellos, por el afán de Sánchez de mantenerse en el poder, ya que su gobierno minoritario precisa del apoyo de parte de los independentistas en el Congreso.
“Está entregando España a los nacionalistas” catalanes, dijo el líder conservador Pablo Casado, del Partido Popular, acusando a Sánchez de promover “una medida de gracia para dar un golpe de gracia a la legalidad”.
La esforzada campaña del gobierno dio sin embargo sus frutos, y en la última semana recibió el apoyo a los perdones de la patronal, tradicionalmente reacia al independentismo, así como de los obispos catalanes.
Desbloqueo
Los indultos llegarán aprovechando la salida de la pandemia y que las próximas elecciones nacionales, previstas como muy tarde para enero de 2024, están suficientemente lejos.
“Con el paso del tiempo, si la economía va bien, y cuando los ciudadanos perciban que esta salida de crisis no será como la del 2008, gracias a los fondos europeos, lo de los indultos quedará como algo anecdótico”, explicó a la AFP Pablo Ferrándiz, sociólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid.
Queda por saber si esta medida -que no afectará a Puigdemont, que sigue huido en Bélgica y es todavía perseguido por la justicia española- hará avanzar el diálogo en Cataluña.
El Consejo de Europa exhortó este lunes a España a renunciar a los “procesos de extradición” contra “políticos catalanes” exiliados en el extranjero, como Puigdemont.
En una resolución, la organización paneuropea pide al gobierno español que “considere indultar, o liberar de cualquier otra manera” a estos políticos y que “se plantee poner fin a los procesos de extradición”.
El gobierno independentista de la región de Cataluña aplaudió la resolución, que considera una “victoria política”, mientras que el ministerio de Asuntos Exteriores español ve en ella “incoherencias” por llamar “a detener procesos judiciales y extradiciones pendientes, algo que choca con el respeto al principio de separación de poderes”.
Oriol Bartomeus, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona estima que “los indultos son una pieza fundamental, son la llave que abre el candado, ya que la situación en Cataluña era de bloqueo absoluto”.
Pese a ello, el “camino no será fácil”, subraya, con los independentistas aferrados a su exigencia de una amnistía y la celebración de un referéndum de autodeterminación, frente a un gobierno español que descarta ambos frontalmente.
Con todo, “los indultos acaban con esta ficción” del intento de secesión de 2017 y “fuerzan al independentismo a (…) proponer algo”, concluye.