La cumbre entre los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Rusia, Vladímir Putin, ha comenzado hoy a las 13:35 hora local (7:35 en Chile), instantes después de que ambos llegaran por separado al lugar del esperado encuentro, una mansión del siglo XVIII llamada Villa La Grange en una zona céntrica de Ginebra, donde cada uno fue recibido por el presidente de Suiza, Guy Parmelin.
Ambos se saludaron con un apretón de manos, en el primer gesto diplomático de una reunión en la que hoy se centran las miradas del mundo.
Tras llegar, Biden le dijo a su homólogo ruso que es mejor verse cara a cara. “Como siempre he dicho afuera, es mejor verse cara a cara”, sostuvo, tras darle las gracias después de que Putin dijera que espera que la reunión de hoy sea “productiva”.
Ambos mandatarios hablaron delante de los periodistas al comienzo del encuentro, antes de que los reporteros fueran sacados de la sala para dejar a solas a los presidentes y sus ministros.
Las conversaciones durarán entre cuatro y cinco horas. Primero hay un encuentro en formato reducido que incluye a Biden, Putin y los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, Antony Blinken y Serguéi Lavrov. Luego habrá una sesión de trabajo más amplia.
Biden llegó a Ginebra el martes procedente de Bruselas, donde participó en sendas cumbres de la OTAN y con sus aliados de la Unión Europea. El presidente estadounidense ha adoptado un tono firme con relación a Putin, para dejar claras las diferencias con su predecesor, Donald Trump.
“No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas”, advirtió el presidente estadounidense. Aunque la Casa Blanca insistió en que no se debe esperar ningún avance espectacular, el presidente de 78 años sabe que en Ginebra tiene la oportunidad de pulir su imagen de excelente negociador.
El presidente ruso también tiene una larga experiencia en materia de cumbres. Desde que llegó al poder a fines de 1999, ya se ha codeado con cuatro presidentes estadounidenses. Biden es el quinto.
Punto más bajo en décadas
Muchos expertos coinciden en que Putin ya ha logrado lo que más deseaba: la celebración de la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.
En una entrevista con la cadena NBC, Putin dijo esperar que el presidente demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano. Pero aprovechó la ocasión para calificar a Donald Trump como un hombre “talentoso”.
El único punto de acuerdo entre la Casa Blanca y el Kremlin es que las relaciones entre ambos países están en su punto más bajo en décadas.
En los últimos días los observadores recordaban la célebre cumbre en Ginebra entre los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1985, que marcó el comienzo del deshielo de la Guerra Fría.
Puntos de fricción
Los temas de controversia en esta oportunidad son numerosos y las discusiones prometen ser ásperas y difíciles, en particular sobre Ucrania y Bielorrusia.
Uno de los temas más sensibles es el de la desinformación en línea y los ataques informáticos.
Más allá del intento de interferencia en las elecciones de 2016 en beneficio de Donald Trump, los ciberataques masivos registrados recientemente contra empresas como SolarWinds, Colonial Pipeline y JBS y atribuidos a Moscú o a grupos de piratas informáticos radicados en Rusia, han molestado a Washington.
La ciudad está bajo estricta seguridad, pero un pequeño grupo de manifestantes quiso mostrar su apoyo a Alexei Navalny, líder opositor ruso que está en prisión tras sobrevivir a un envenenamiento que él atribuye al Kremlin. Muchos coreaban “Una Rusia sin Putin”.
El martes, desde Bruselas, Joe Biden lanzó una clara advertencia a propósito del activista ruso. La muerte de Navalny “sería una tragedia”, dijo Biden.
“Eso deterioraría las relaciones con el resto del mundo y también conmigo”, advirtió.
El presidente de Suiza, Guy Parmelin se mostró por su parte esperanzado ante este encuentro.
“El mundo lleva 18 meses de una pandemia que golpeó terriblemente. La reunión de Ginebra representa una oportunidad para que los presidentes de Estados Unidos y Rusia infundan un poco más de optimismo, un poco más de esperanza en la política mundial”, dijo.