Un sondeo de opinión publicado el miércoles 2 de junio indica que, si las elecciones presidenciales francesas se celebraran hoy, la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, saldría airosa en la primera vuelta, pero encontraría dificultades en la segunda.
Este posible resultado se revela el mismo día en que Emmanuel Macron inicia una gira por Francia. El Jefe de Estado visitará varias regiones del país en lo que se considera un programa de campaña preelectoral a menos de un año de las elecciones.
Según el estudio realizado por el instituto Harris Interactive para la revista Challenges, Marine Le Pen lideraría la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, seguida de cerca por Emmanuel Macron. La líder de la extrema derecha tendría el 28% de los votos, mientras que el actual presidente obtendría entre el 25% y el 27%, dependiendo del nombre de su otro oponente de la derecha.
En el otro lado del tablero, el jefe de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, reuniría entre el 12% y el 13% de los votos, mientras que la socialista y alcaldesa de París, Anne Hidalgo, tendría entre el 6% y el 7%, técnicamente empatada con el representante ecologista, Yannick Jadot, con el 6%.
Pero el sondeo muestra que, en este escenario, el actual jefe de Estado, cuyo partido LREM (La República en Marcha) fue creado como “ni de izquierdas ni de derechas”, ganaría en la segunda vuelta con el 54% de los votos, frente al 46% del líder de la extrema derecha.
La diferencia es menor que la registrada en 2017, cuando Macron obtuvo el 66,1% de los votos y Le Pen, el 33,9%.
Los sondeos realizados en abril apuntaban incluso a posibilidades “reales” de que Marine Le Pen ganara la segunda vuelta, lo que demuestra que la disputa tiene todo para ser feroz hasta mayo de 2022, cuando se celebren las elecciones.
“Tour de Francia”
El presidente francés, cuya popularidad está en alza según los sondeos, aún no ha hecho oficial su candidatura a un segundo mandato. Sin embargo, la gira iniciada el miércoles 2 de junio es vista por sus opositores como un disparo de salida para la campaña presidencial.
Este viaje comenzó en la región suroccidental de Occitania y le llevará a al menos una docena de lugares entre junio y julio. Su entorno niega que se trate de una campaña preelectoral y dice que este “tour de Francia” sólo pretende “tomar el pulso” a la Francia post-Covid y “entrar en contacto con la gente” tras 14 meses de restricciones por la pandemia.
El jefe de Estado, que pasará dos días en Occitania, pretende hablar de las dificultades del sector turístico, muy afectado por la pandemia, pero también escuchar las quejas de los franceses.
A Macron le gustan estos viajes y debates con los ciudadanos, ejercicio que ya realizó en 2018, así como con motivo del “gran debate” nacional de 2019 que siguió a la crisis de los chalecos amarillos, el movimiento social que sacudió su mandato.
La reforma de las pensiones, una piedra en el zapato de Macron
Al final de su viaje, en la primera quincena de julio, se espera que Macron defina la dirección que pretende tomar en los últimos diez meses de su presidencia. Entre las cuestiones que aún deben decidirse está la puesta en marcha de proyectos a largo plazo, como la controvertida reforma de las pensiones y el seguro de desempleo, ambas dejadas de lado por la pandemia por Covid-19.
La reforma de las pensiones, que pretende establecer un nuevo sistema de cálculo, por puntos, provocó dos meses de huelgas en los servicios públicos y gigantescas manifestaciones a finales de 2019 y principios de 2020.
Esto fue antes de que estallara la crisis del coronavirus, que dejó más de 110.000 muertos en Francia y presionó a Macron para que lanzara una política masiva de ayuda económica y social para amortiguar el golpe.
En un momento en que Francia vuelve poco a poco a la vida casi normal después de tres confinamientos nacionales y en medio de una campaña de vacunación masiva, el presidente utilizará estas visitas públicas para poner a prueba sus reformas.