Las autoridades bielorrusas detuvieron hoy a un periodista crítico con el régimen, después de que el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, desviara al aeropuerto de Minsk un vuelo de la aerolínea Ryanair que volaba de Atenas a Vilna, algo que ha provocado críticas inmediatas de la comunidad internacional.
La tripulación del vuelo FR4978 de Ryanair “fue notificada por el servicio de control de tráfico aéreo de Bielorrusia de una potencial amenaza de seguridad a bordo y fue instruido a desviar (el avión) hacia el aeropuerto más cercano, Minsk”, señaló la aerolínea en un comunicado publicado en Twitter.
Orden directa de Lukashenko
El canal de Telegram asociado con el servicio de prensa del régimen bielorruso, explicó que el presidente fue “informado de inmediato” de la amenaza y “dio la orden incondicional de dar la vuelta al avión y recibirlo” en el aeropuerto de Minsk.
Según esta fuente, el comandante en jefe dio además instrucciones para que un caza MiG-29 “escoltara el avión de pasajeros”.
Una vez aterrizado en el aeropuerto, los servicios especiales de Bielorrusia no hallaron ningún artefacto explosivo en el avión.
Los pasajeros fueron obligados a someterse a un nuevo control en el aeropuerto, momento en el cual el periodista opositor Román Protasevich fue detenido, según confirmó el Ministerio del Interior.
Según el opositor y el exministro de Cultura, Pável Latushko, dos bielorrusos y cuatro rusos no continuaron el viaje a Vilna cuando finalmente se le permitió a la aerolínea reanudar el vuelo tras siete horas en suelo bielorruso.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) expresó en Twitter su “profunda preocupación por el aterrizaje aparentemente forzoso” del vuelo, algo que podría violar las normas del Convenio de Chicago.
El periodista, que viajaba con su novia, que también podría estar detenida, según la ONG de derechos humanos Vesná, fue director y uno de los fundadores de los canales de Telegram Nexta y Nexta Live, basados en Polonia, con más de 1,2 millones de seguidores.
En busca y captura de un “extremista”
Protasevich, cuyo medio fue la principal fuente de información durante las primeras semanas de protestas antigubernamentales tras las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto de 2020, y que vivía en el exilio en Lituania, estaba en busca y captura.
Nexta fue reconocido como “extremista” en octubre del año pasado y sus dos fundadores fueron acusados de organización de disturbios e instigar al odio social.
Además el KGB bielorruso les puso en una lista de personas implicadas en “terrorismo”, delitos por los que puede ser condenado a 15 años de prisión o incluso a pena de muerte, según la oposición.
“El régimen obligó a un avión a aterrizar para detener a Román Protasevich. Afronta la pena de muerte en Bielorrusia”, dijo Svetlana Tijanóvskaya, líder opositora en el exilio, en Twitter.
Otros pasajeros señalaron que el propio Protasevich dijo poco antes de ser detenido que “aquí enfrento la pena de muerte”.
El periodista contó además a un amigo antes de subirse al avión que había notado que en Atenas le estaba siguiendo en el aeropuerto un hombre que hablaba ruso y que había intentado sacar fotos por detrás a sus documentos cuando estaba embarcando.
Indignación internacional
La detención del crítico con el régimen de Lukashenko y el desvío del avión fueron duramente criticados por varias capitales europeas y la OTAN, además de por la oposición bielorrusa, que exigió una respuesta contundente de parte de los socios europeos.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, exigió la liberación inmediata de Protasevich, en tanto que el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, tuiteó que este incidente “no puede quedarse sin consecuencias claras por parte de la Unión Europea (UE).
Poco después, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció que el “incidente sin precedentes” será discutido en la cumbre europea extraordinaria, prevista para mañana y el martes, y que “no quedará sin consecuencias”.
“Cualquier violación de las normas internacionales de transporte aéreo debe tener consecuencias”, tuiteó por su parte la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, quien consideró el incidente de “absolutamente inaceptable”.
También el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, calificó como “totalmente inadmisible” el incidente e hizo responsable al Gobierno de Bielorrusia “de la seguridad de todos los pasajeros”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo Twitter que se trataba de un “incidente grave y peligroso que requiere una investigación internacional”.