El creciente malestar en círculos castrenses franceses ante un supuesto riesgo de guerra civil se materializó con una segunda carta de militares.
En el documento piden una actuación firme para garantizar la “supervivencia” del país y que según el Ejecutivo constituye una “burda maquinación política”.
Los militares eligieron publicaron su texto en la revista Valeurs Actuelles, pero esta vez mantuvieron el anonimato. La firma quedó abierta a la población, lo que lo que se tradujo en el respaldo de 163.100 personas.
El primero fue escrito por militares retirados y este segundo por soldados en activo, pero el tono de uno y otro es similar.
“Se está incubando en Francia una guerra civil”, destacó la nueva tribuna, que alerta al presidente Emmanuel Macron, de que no puede dejar que el país llegue a ser “un Estado fallido”.
El artículo “usa la retórica, el vocabulario, el tono y las referencias de la extrema derecha. ¿Con qué objetivo? Ciertamente el de dividir, el de fracturar nuestra nación en un momento en que más que nunca esta necesita unirse”, respondió la ministra de Defensa, Florence Parly.
Por ello, consideró que el texto es “una burda maquinación política”, según dijo en una breve declaración.
Los militares retirados publicaron su texto el 21 de abril, justo 60 años después de la tentativa golpista de varios generales destinados en Argelia contra el general De Gaulle.
Eran una veintena de generales, un centenar de altos mandos y más de un millar de otros rangos que alertaban de que “Francia está en peligro” y se decían estar dispuestos a “apoyar las políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación”.
Uso político
La líder ultraderechista Marine Le Pen, tardó poco en recoger el guante y en animarles a apoyarla en las presidenciales de 2022, algo que le valió críticas unánimes por su tentativa de politizar las Fuerzas Armadas.
Esta vez el anonimato de los firmantes y la dificultad por tanto de cuantificar el apoyo ha hecho que los detractores resten fuerza al llamamiento.
“Cuando quieres ser valiente, das tu nombre. (…) Cuando quieres hacer política, te presentas a las elecciones. En democracia, aunque no le guste a ciertos militares, quien decide es la gente”, dijo el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Los firmantes defienden no haberse identificado. “Aunque por reglamento no podemos expresarnos a cara descubierta, nos es imposible callar”, sostienen.
Un impulsor de la primera tribuna fue Jean-Pierre Fabre-Bernadac, antiguo capitán de la Gendarmería, exoficial del Ejército de Tierra y responsable de 1993 a 1994 del servicio de orden del Frente Nacional, actual Agrupación Nacional.
El Ejército prometió entonces que habría sanciones “ejemplares” y su promesa se ve dificultada ahora por la falta de nombres y apellidos, pero la velocidad a la que ha crecido el respaldo al segundo texto en la web de Valeurs Actuelles refleja que la fractura no se restringe a ese grupo reducido de militares.
Apoyo ciudadano
El instituto demoscópico Harris Interactive publicó una encuesta en la que aunque los sondeados rechazaban que el país estuviera al borde de la guerra civil, sí compartían que las leyes de la República no se aplican en todo el territorio (86%) o que la violencia ha aumentado (84%).
Ese era precisamente el reclamo de los militares, que hoy subrayaron que el odio contra Francia y su historia se ha vuelto “la norma” y alegaron que, precisamente porque son apolíticos, su análisis es “profesional”.
“Se trata de una constatación que hacen miles de franceses y que debería ser tomada en serio por el Ejecutivo. Me alivia ver que la Agrupación Nacional no es la única en llegar a esa conclusión. (…) No hay ningún llamamiento a la insurrección. Si lo hubiera, no apoyaría esa tribuna”, dijo este lunes Le Pen.
El director de Valeurs Actuelles, Geoffroy Lejeune, defendió también hoy que “no hay ninguna intención de actuar fuera del marco institucional”.
El Ejército recordó hoy el deber de “reserva y neutralidad de las fuerzas armadas” y se agarró al anonimato de la segunda tribuna para expresar sus dudas “sobre la existencia y la credibilidad de los firmantes”.
No ha habido reacción oficial de Macron, pero sí una respuesta simbólica, cuando se dejó ver hablando delante de las cámaras con los jefes de los distintos Ejércitos, agrupados en torno a él.