El presidente ucraniano visitó el jueves la primera línea del frente con los separatistas prorrusos, donde los enfrentamientos van en aumento, y recibió el apoyo de Alemania, que instó a Rusia a reducir su presencia militar en las fronteras con Ucrania.
La canciller alemana, Angela Merkel, pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, que retire las tropas concentradas en zonas cercanas a la frontera ucraniana, durante una conversación telefónica este jueves. Moscú, sin embargo, no contestó al reclamo.
En cambio, Putin replicó que Kiev es responsable “de las provocaciones que ha llevado a cabo últimamente para agravar deliberadamente la situación en la línea de contacto”.
Entretanto, el jefe del Estado ucraniano, Volodimir Zelenski se puso un uniforme militar y un chaleco antibalas y pasó revista a las tropas en las trincheras de la región de Lugansk, escenario de enfrentamientos recientes, según las imágenes y un comunicado difundidos por la presidencia ucraniana.
“La situación en el Donbás se está deteriorando”, declaró Zelenski, que lamentó que los “tiradores de élite disparen contra nuestros chicos”, asegurando que “el ejército responde” a esos ataques.
“Es un honor para mí estar aquí”, agregó, al tiempo que entregó condecoraciones a varios militares, alabando “el heroísmo y la entrega” de los soldados, pero sin proferir ninguna acusación contra Rusia, como había hecho en los últimos días.
Kiev y varias capitales occidentales criticaron a Moscú en los últimos días por haber desplegado tropas en la frontera ucraniana y en Crimea, una península anexionada por Rusia, en un contexto de enfrentamientos armados letales casi diarios entre las fuerzas armadas ucranianas y los separatistas prorrusos.
Este jueves, un militar ucraniano murió, con lo que ya son 26 los soldados fallecidos en lo que va de año, según Zelenski. En 2020, Ucrania perdió 50 militares en la línea del frente, según la presidencia.
Unas tensiones de las que hablaron por teléfono Putin y Merkel, cuyo país apadrina, junto con Francia, un proceso de paz en Ucrania.
Advertencia de Rusia
Los dos dirigentes mencionaron “el incremento de la presencia militar rusa en el este de Ucrania”, según un comunicado del gobierno alemán, y la canciller “pidió que estos refuerzos militares se reduzcan con el fin de llegar a una desescalada”.
Por su parte, el representante de Moscú en las negociaciones de paz, Dmitri Kozak, advirtió que Rusia podría “acudir en defensa” de los separatistas si Ucrania llevara a cabo una operación militar de envergadura, alegando razones de protección de la población a la que Moscú entregó pasaportes rusos.
Además, consideró que la entrada de Ucrania en la OTAN “será el principio del hundimiento” del país, después de que Kiev solicitara que se acelere su incorporación a la alianza atlántica para enviar una “señal” a Moscú.
Desde hace años, Rusia ve la eventual adhesión de Ucrania a la OTAN como una provocación.
Conversación a cuatro bandas el 19 de abril
Pero, pese a las tensiones, Kozak dijo que el 19 de abril, los consejeros políticos de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania participarán en una mesa de diálogo.
Esta escalada verbal y la multiplicación de enfrentamientos con los separatistas prorrusos han puesto fin a una tregua que se prolongó durante la segunda mitad de 2020.
El Pentágono anunció la semana pasada que las fuerzas estadounidenses en Europa incrementaron su nivel de alerta tras las “recientes escaladas de la agresión rusa en el este de Ucrania”, mientras que el presidente Joe Biden le garantizó a Zelenski su apoyo “inquebrantable”.
La guerra en el Donbás estalló en abril de 2014, poco después de que Moscú se anexionara la península ucraniana de Crimea, que siguió a una revolución prooccidental en Ucrania.
El conflicto ha dejado más de 13.000 muertos y cerca de 1,5 millones de desplazados. Y aunque la intensidad de los combates se redujo tras los acuerdos de paz de Minsk, cerrados a principios de 2015, el proceso político está estancado.
Según los países occidentales y Ucrania, Rusia apoya política, militar y financieramente a los separatistas, pero Moscú siempre lo ha negado.