El Vaticano aclaró que para la doctrina de la iglesia católica la homosexualidad es “un pecado” y que los sacerdotes no pueden bendecir esas uniones, en un texto divulgado este lunes por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La institución encargada de preservar el dogma católico, abordó el tema a través de una pregunta que muchos católicos se hacen “¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?”
La respuesta de la institución fue tajante y clara: “Se responde negativamente”.
En un documento firmado por el cardenal Luis Ladaria, prefecto de la congregación, conocida en el pasado como el Santo Oficio de la Inquisición, se advierte que “en algunos ambientes eclesiales se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo”.
“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, precisa el texto.
Pero “las bendiciones sobre personas están en relación con los sacramentos, la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita, en cuanto sería en cierto modo una imitación o una analogía con la bendición nupcial, invocada sobre el hombre y la mujer que se unen en el sacramento del Matrimonio”.
Y que, se añade, “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Se subraya además que “la declaración de ilicitud de las bendiciones de uniones entre personas del mismo sexo no es por tanto, y no quiere ser, una discriminación injusta, sino reclamar la verdad del rito litúrgico y de cuanto corresponde profundamente a la esencia de los sacramentales, tal y como la Iglesia los entiende”.
Pero insta a “la comunidad cristiana y a los pastores a acoger con respeto y delicadeza a las personas con inclinaciones homosexuales” y “saber encontrar las modalidades más adecuadas”.
El documento recuerda que para la Iglesia, “Dios nunca deja de bendecir a sus hijos”, pero “no bendice ni puede bendecir el pecado”, insiste la entidad.
El texto fue aprobado por el papa Francisco, cuya posición sobre la homosexualidad resulta menos tajante.
No cambia la doctrina
En un reciente documental sobre Francisco del director ruso Evgeny Afineevsky, el pontífice argentino afirmaba: “Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Lo que debe haber es una ley de unión civil, de esa manera están cubiertos legalmente”, una cita que fue noticia en todo el mundo provocando además las críticas del ala más conservadora de la Iglesia.
La frase provocó la ira de los sectores más conservadores, entre ellos varios obispos y cardenales y, a su vez, elogios por parte de las asociaciones de defensa de los homosexuales, que consideraron histórica su apertura.
En realidad, se trataba de dos respuestas distintas de una entrevista concedida a la periodista mexicana Valentina Alazraki, pero que nunca fueron entregadas por parte del Vaticano a su canal, Televisa, y editadas y publicadas en el documental como si fuera una, sin contextualizar y que se refería a las leyes estatales mientras hablaba de su patria Argentina.
Pero esta respuesta, fuera de contexto, del papa creo confusión e incluso la Secretaria de Estado contactó con los nuncios (embajadores) en cada país para explicar en una nota que no cambiaba la doctrina.
Se trata así de la primera respuesta oficial por parte del Vaticano a unas palabras que daban, o eso se creía, el beneplácito, que no la bendición, a las uniones civiles por parte del papa.