Rusia expresó hoy su preocupación por el “incremento significativo” de la tensión en la línea divisoria de fuerzas en la zona del conflicto, al este de Ucrania, entre el ejército de este país y las milicias prorrusas.
“Recibimos informaciones de que en los últimos meses la tensión en la línea que divide las fuerzas ha experimentado un incremento significativo”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Señaló que todo aumento de la tensión “en un lugar tan ‘caliente’ puede acarrear potencialmente provocaciones, habida cuenta de la agresividad de las fuerzas armadas ucranianas”.
“Y, desde luego, nos preocupa”, añadió Peskov.
El portavoz de la Presidencia rusa indicó que la prensa debe ser cuidadosa y hay que verificar las informaciones acerca de la situación en el terreno debido a la “extremada tensión en la zona de separación de fuerzas”.
A la pregunta de si se prevé una reunión o un contacto telefónico entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Ucrania, Vladímir Zelenski, Peskov indicó que esto no se ha planteado, pero añadió que, de ser necesario, “se puede organizar rápidamente”.
Tregua vulnerada
Según la misión especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europa (OSCE) de observación del alto el fuego entre las fuerzas armadas ucranianas y la milicias prorrusas en el este de Ucrania, el pasado martes se produjeron 152 violaciones a la tregua, casi el doble de las registradas en los siete días anteriores.
La semana pasada, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una visita a la zona del conflicto, declaró que “Rusia no responde de manera recíproca a los pasos positivos de Ucrania para implementar los acuerdos de Minsk”, por lo que la Unión Europea mantendrá sus sanciones a Moscú.
El conflicto en las regiones orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk, que estalló en 2014, se ha cobrado unos 14.000 muertos según datos del ONU.
Rusia acusa a Ucrania de haber lanzado una guerra contra la población rusohablante, mayoritaria en la zona, conocida como Donbás, mientras que Kiev sostiene que Moscú ocupa militarmente ese territorio, en el que se han autoproclamado dos “repúblicas populares”, la de Donetsk y la de Lugansk.
Según el Gobierno ucraniano, esas dos entidades, no reconocidas por nadie y fronterizas con Rusia, se sostienen única y exclusivamente por el apoyo económico y militar de Moscú.