El líder opositor ruso, Alexei Navalny, fue trasladado hoy de la prisión preventiva en que se encontraba desde mediados de enero a un centro penitenciario general, según informó su abogado, Vadim Kobzev.
“Navalny ha sido trasladado por etapas (etapirovan) desde la prisión preventiva número uno” de Moscú, dijo Kobzev en su cuenta de Twitter.
El traslado tiene lugar después de que la Justicia rusa rechazara el pasado 20 de febrero el recurso presentado por los abogados de Navalni contra la pena de 3 años y medio de cárcel dictada contra el opositor por un antiguo caso penal de fraude y lavado de dinero.
Como es tradición, el preso, al igual que su familia y sus abogados, no conocerá su nuevo destino hasta que concluya su traslado.
Los condenados en este país suelen ser trasladados durante días o semanas en vagones especiales, proceso conocido como “etapirovanie” y que es muy criticado por los defensores de derechos humanos por su falta de humanidad.
El traslado puede prolongarse durante semanas o incluso meses, ya que las distancias en Rusia pueden ser de miles de kilómetros, por lo que los presos realizan parada y posta en prisiones preventivas especiales repartidas por toda la geografía penitenciaria nacional.
Durante este proceso, los internos permanecen incomunicados, mientras la ley no obliga a las autoridades a notificar a las familias sobre su paradero hasta que estos lleguen a su nuevo destino.
En su momento, la líder del grupo punk Pussy Riot, Nadezhda Tolokónnikova, permaneció 26 días incomunicada de camino a la región siberiana de Krasnoyarsk.
Como estuvo en prisión preventiva desde que fuera detenido a su regreso de Alemania el 17 de enero pasado y también cumplió diez meses de arresto domiciliario, el opositor deberá cumplir poco más de dos años y medio de cárcel.
La condena de cárcel provocó a finales de enero multitudinarias protestas en todo el país, en las que fueron detenidas miles de personas.
La Unión Europea anunció esta semana que adoptará nuevas sanciones contra Rusia por la condena de Navalny, que fue envenenado en agosto de 2020 en Siberia con el agente químico Novichok, tras lo que estuvo en coma dos semanas y media en una clínica alemana.
Navalny acusa al presidente ruso, Vladímir Putin, de ordenar al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) que lo asesinaran.