La Cámara de Diputados española aprobó el jueves por amplia mayoría, en primera lectura, un proyecto de ley que garantiza el derecho a la eutanasia bajo estrictas condiciones, a pesar de la resistencia de la Iglesia católica y la oposición conservadora.
El texto fue adoptado por 198 votos a favor, 138 en contra y dos abstenciones. Pasará al Senado el año que viene.
El proyecto prevé que una persona que sufre de un enfermedad grave, que incapacite o que sea incurable, pueda ser ayudada a morir si así lo solicita, para evitar un sufrimiento intolerable.
La demanda debe ser hecha por escrito y repetida quince días más tarde. Dos médicos deberán dar su aprobación sucesivamente, y luego será examinada por una comisión.
Los profesionales que no deseen participar en una eutanasia podrán declarar su “objeción de conciencia”.
El costo del procedimiento será reembolsado por la Seguridad Social.
“Es un día importante para toda la ciudadanía porque avanzamos hacia una sociedad más humana y más justa, pero sobre todo es un día importante para aquellas personas que se encuentran en una situación de grave padecimiento y también lo es para sus familias y personas cercanas”, reaccionó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
El ministro aseguró que los sondeos demuestran un “amplísimo apoyo” de la sociedad española a la eutanasia.
Este proyecto, reaccionó un diputado del opositor Partido Popular, José Ignacio Echániz, fue hecho “con prisas”.
“Es una derrota para todos, un fracaso de nuestro sistema sanitario y de nuestra sociedad”, añadió. “Frente a la eutanasia y al suicidio asistido defendemos los cuidados paliativos, el tratamiento profundo del dolor, la sedación paliativa, el testamento vital”.
Desde su llegada al poder en 2018, los socialistas habían intentado en vano dos veces aprobar una ley de la eutanasia, un hecho que actualmente está penado con hasta 10 años de cárcel.
¿En qué consiste la ley?
La eutanasia se podrá prestar sólo a mayores de edad, en condiciones “plenas”, que tengan una enfermedad grave o sufrimiento intolerable y que hayan expresado su voluntad de morir. De acuerdo con la propuesta, la decisión podrá ser revocada en cualquier momento por parte del paciente, que habrá sido previamente informado sobre las distintas alternativas que existen y el acceso a cuidados paliativos.
El paciente deberá confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo del proceso, el cual podría tener una duración de hasta un mes desde que es solicitado por primera vez.
En el caso de personas absolutamente incapacitadas, será imprescindible que exista un documento de instrucciones previas, un testamento vital, suscrito por el paciente cuando se encontraba en condiciones de hacerlo y en el que exprese su deseo y decisión de acceder a la práctica eutanásica.
El proceso debe ser supervisado, informado, certificado y asistido por un médico responsable que deberá además recabar opinión de otro médico consultor. Todos los documentos e informes sobre el caso llegarán a la Comisión de Evaluación y Control que deberá conformarse en cada Comunidad Autónoma de España.