La principal figura de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, lanzó el martes un ultimátum al presidente Alexander Lukashenko dándole hasta el 25 de octubre para que dimita, o en caso contrario, convocará una gran manifestación y una huelga general.
La oposición bielorrusa exige la marcha de Lukashenko, en el poder desde 1994, después de la elección presidencial del 9 de agosto, considerada fraudulenta para sus detractores.
El movimiento de protesta sufre desde entonces una presión constante de las autoridades que ha provocado la detención o la salida al extranjero de sus principales líderes.
A través de las redes sociales, Tijanóvskaya, exiliada en Lituania, ha dado 13 días a Lukashenko para que presente su dimisión, ponga fin a la represión de las manifestaciones y libere a todos los “presos políticos”.
“Si nuestras peticiones no obtienen respuesta de aquí al 25 de octubre, todo el país saldrá pacíficamente a las calles”, advirtió la opositora. “Y al día siguiente se iniciará una huelga nacional en todas las empresas, las carreteras estarán bloqueadas y se hundirán las ventas en las tiendas estatales”.
“Ya hemos dicho varias veces que estamos abiertos al diálogo y a las negociaciones. Pero hablar tras unos barrotes no es diálogo”, añadió para denunciar “el terror estatal” en Bielorrusia.
El domingo, la policía reprimió con cañones de agua y granadas aturdidoras la gran concentración semanal de la oposición en Minsk. Fue la intervención más brutal desde hace semanas y alrededor de cien personas fueron detenidas.
Igualmente, una manifestación que reunió en su mayoría a jubilados fue reprimida este lunes por la fuerza mediante el uso de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
El mismo día, el ministro del Interior amenazó con recurrir a disparos de fuego real “si era necesario” para controlar las manifestaciones.
El último miembro que quedaba libre y en el país del Consejo de Coordinación de la oposición, Serguéi Dilevski, abandonó Bielorrusia el lunes porque temía “por su seguridad”, según los medios locales.
Desde el inicio del movimiento de protesta, cientos de manifestantes, responsables de grupos políticos, de organizaciones sindicales y de periodistas han sido detenidos.