La policía rusa anunció el jueves que ha comenzado un “examen preliminar” del caso del líder opositor Alexéi Navalny, probable víctima de un envenenamiento según los médicos alemanes que le atienden, una pista hasta ahora desestimada por Rusia.

Los investigadores iniciaron “exámenes preliminares vinculados con la hospitalización de Alexéi Navalny el 20 de agosto en Omsk”, una ciudad de Siberia, y recogieron objetos que pueden convertirse en pruebas, anunció en un comunicado la sección regional del ministerio ruso del Interior, añadiendo que estudiarán “todas las circunstancias” y decidirán si abren o no una causa criminal.

Navalny, de 44 años, muy conocido por investigar la corrupción de la élite rusa y en el entorno de Putin, sintió un fuerte malestar la semana pasada cuando viajaba en avión desde Tomsk, en Siberia, a Moscú. El aparato realizó un aterrizaje de emergencia para que el activista pudiera ser internado urgentemente en un hospital de Omsk.

“La habitación de hotel en la que estuvo” en Tomsk, ciudad en la que fue envenenado, según sus allegados, fue también registrada, así como “las imágenes de las cámaras de vigilancia”, según el comunicado.

Nalvany fue posteriormente trasladado a Berlín, después de arduas tensiones con el gobierno ruso, y está en estado grave y sumido en un coma artificial, aunque su vida ya no corre peligro.

Los médicos alemanes aseguraron que había sido intoxicado por “una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa”, pero sin precisar cuál.

El Kremlin ha rechazado el término envenenamiento y consideró apresuradas las conclusiones de los médicos alemanes.

“Estamos en desacuerdo total con las diversas formulaciones precipitadas que se utilizan para afirmar que hay una elevada probabilidad de envenenamiento”, señaló Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, el miércoles