Armenia y Azerbaiyán retomaron este jueves sus enfrentamientos en la frontera tras una jornada del alto el fuego, según los ministerios de Defensa de los dos países, que se acusan mutuamente de la reanudación de la violencia.
Estos combates, que empezaron el domingo en la frontera norte entre estas dos repúblicas de la antigua Unión Soviética, enfrentan a dos países enemigos.
Se trata de los combates más graves desde 2016 y que hacen temer la desestabilización de la región.
Azerbaiyán anunció este jueves la muerte de uno de sus soldados. Según el balance oficial, 17 personas han muerto desde el domingo, de ellas 12 militares y un civil azerbaiyano y cuatro soldados armenios. Baku ha perdido a un general.
Los beligerantes indicaron en comunicados separados que había “combates en curso” este jueves. Ambos países afirmaron haber respondido a un ataque.
Armenia y Azerbaiyán, en conflicto desde hace dos décadas, respetaron una tregua entre el miércoles a medianoche y el jueves por la mañana, después de tres días enfrentamientos.
“Tras una batalla intensa, el enemigo fue rechazado”, dijo el ministerio armenio de Defensa y explicó haber rechazado de madrugada “un intento de infiltración” y haber causado pérdidas a su adversario.
Luego, según Armenia, las fuerzas de Azerbaiyán empezaron a “bombardear los pueblos de Aygepar y Movses con morteros y un obús D30”.
El ministerio azerbaiyano de Defensa dijo al contrario que “una unidad de las fuerzas armadas de Armenia intentó de nuevo atacar nuestras posiciones en el distrito de Tovouz en la frontera”.
Según el ministerio, los pueblos de Аgdam, Donar Guchtchu y Vakhidli sufrieron disparos de armas pesadas y morteros.
Este jueves, Azerbaiyán también amenazó con bombardear la única central nuclear en Armenia. Además, inesperadamente, el presidente azerbaiyano, Elmar Mammadyarov, separó a su ministro de Relaciones Exteriores, Elmar Mammadyarov, tras rechazar su acción durante la crisis actual.
Cristales rotos
El miércoles periodistas de la AFP pudieron ir a algunos de estos pueblos en ambos lados del frente.
Varias casas tenías los cristales rotos o los tejados deformados pero las localidades no parecen haber sufrido grandes daños.
Chain Abiiev, un habitante de Donar Guchtchu, en Azerbaiyán, explicó que un obús cayó en su jardín.
“Dañó las ventanas, el tejado, el jardín y la puerta de entrada, por suerte mi familia no estaba, sino hubiera sido una tragedia”, explica.
Las dos exrepúblicas soviéticas están en conflicto desde hace décadas por Nagorno-Karabaj, una región secesionista que tiene el apoyo de Armenia y que fue el escenario de una guerra a principios de los años noventa que dejó 30.000 muertos.
Los enfrentamientos recientes tienen lugar lejos de este territorio, en la frontera norte entre los dos países del Cáucaso, una escalada que hace temer un conflicto abierto.
Rusia, una potencia regional, Estados Unidos y la Unión Europea, pidió a Armenia y Azerbaiyán que pongan fin al conflicto mientras que Turquía dio apoyo a Azerbaiyán.