A menudo se predijo su retiro anticipado, sobre todo, cuando la coalición de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) con el Partido Socialdemócrata (SPD) volvía a tambalear. Pero después de más de 14 años en el poder, Angela Merkel todavía es la canciller de Alemania. Y quiere continuar trabajando hasta el fin de su periodo legislativo.

Para eso cuenta con el apoyo de la opinión pública: a pesar de las críticas a la labor de la gran coalición, una gran mayoría de los alemanes desea que Merkel permanezca en el poder hasta 2021.

“Ustedes me conocen”, es una de las frases de Merkel con la que ya hizo campaña en 2013. Y significa: “Pueden confiar en mí. Saben quién soy”. La frase también demuestra que la persona de Angela Merkel está anclada en el centro del debate político, y cómo sus campañas electorales fueron hechas a su medida.

Cambios dramáticos

Alemania y el mundo ya no son lo que eran en 2005, cuando Merkel asumió el cargo de canciller por primera vez.

Actualmente, Alemania está tan profundamente polarizada políticamente como no lo estaba desde hace décadas. En todos los estados federados, el partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), tiene representación en los Parlamentos, en el este de Alemania, a menudo como segunda mayor fuerza, y en el Parlamento Federal es el partido de oposición más fuerte. Los antiguos partidos, como la CDU de Merkel, y más aún el SPD, sufren de una pérdida masiva de aprobación.

A nivel internacional, el panorama también se ha vuelto mucho más frágil. “Los tiempos en los que podíamos confiar totalmente en los otros están llegando a su fin”, dijo la canciller alemana en 2017, cuando el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, cuestionó el sentido de existencia de la OTAN. Un año antes, una estrecha mayoría había votado a favor de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Merkel nunca fue una gran visionaria. La diferencia con, por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, es notable. Luego de una serie de propuestas de reformas de las que Merkel hizo prácticamente caso omiso, Macron revivió el debate sobre la OTAN hablando de la “muerte cerebral” de la alianza.

ARCHIVO | AFP
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Entre figura odiada y salvadora de Occidente

Sin embargo, Angela Merkel cambió algunas cosas. Eso comenzó con su carrera: una mujer en un partido tradicionalmente patriarcal como la CDU. Pero rechaza hasta hoy ser llamada “feminista”. “No quiero adornarme con laureles que no me pertenecen” dijo en una entrevista con el periódico alemán Die Zeit. En el Parlamento alemán, la cuota de mujeres se ha reducido en los 14 años de sus mandatos, de un 42 a un 31 por ciento.

Angela Merkel se refiere así al tema: “Las cuotas eran importantes, pero el objetivo debe ser la paridad”, ocultando que bloqueó las demandas de una cuota de género en su propio partido. Por otro lado, impulsó la carrera de algunas mujeres, como la de quien fuera designada como su sucesora, Annegrette Kramp-Karrenabuer, actual presidenta de la Comisión de la Unión Europea.

La decisión de Merkel de acoger a cientos de miles de refugiados en 2015 sigue siendo controvertida. El AfD se lanzó contra Merkel cuando se produjeron actos delictivos por parte de refugiados, algunos de ellos con víctimas mortales, diciendo que eran “los muertos de Merkel”.

Para algunos se transformó en una figura odiada, y para otros, en la salvadora de Occidente. La revista Time la distinguió como “Persona del Año” en 2015, mientras los manifestantes de extrema derecha en su propio país gritaban “¡Que se vaya Merkel!”.

Pero a pesar de la polarización, Merkel sigue siendo la política favorita de los alemanes. Kramp-Karrenbauer, por el contrario, pierde pie en las encuestas. Además, según un sondeo del Instituto de Demoscopía Allensbach (IfD), la confianza en la política está disminuyendo. Solo un 57 por ciento cree que la estabilidad es uno de los fuertes de Alemania. Y un 51 por ciento piensa que el sistema político actual es otro de ellos. Hace cuatro años, eso pensaba un 62 por ciento.

Según el biógrafo de Angela Merkel, Ralph Bollmann, la canciller observa “una grave crisis de las democracias occidentales”. El objetivo de Merkel para los últimos meses en el cargo es, según Bollmann, “No dejar a Alemania, y tampoco a Europa ni al mundo, en el caos”.

Angela Merkel en 2006 | ARCHIVO | AFP
Angela Merkel en 2006 | ARCHIVO | AFP

El legado de Merkel

¿Cuál será el legado de Merkel? Bollmann piensa que a la canciller le gustaría “verse a sí misma como la mujer que guió a Alemania a través de muchas crisis -crisis financiera, crisis europea, crisis ucraniana, crisis de los refugiados- de manera relativamente segura, y logró mantener de algún modo la estabilidad del sistema, además de hacer más liberal y abierto a su partido, sin embargo, al precio de que ahora tenemos un partido populista de extrema derecha en el Parlamento, que corporiza a la oposición contra esta forma de revolución de transformación de los valores”.

A Angela Merkel no le queda mucho tiempo ya para lograr otros cambios, y da a entender que, al menos en política alemana, tampoco quiere hacerlo. En lugar de eso, le cede terreno cada vez más a Annegrette Kramp-Karrenabuer. Pero aún está por verse si ella será realmente la sucesora de Merkel.

Incluso parte de la CDU la rechaza. Y quien quiera que suceda un día a Merkel como canciller, tendrá que esforzarse por igualar la huella que deja.