La justicia rusa ordenó el viernes el cierre de la asociación “Movimiento por los derechos humanos”, una de las más respetadas en Rusia y en la mira de las autoridades, anunció su director Lev Ponomarev.
“Apelaremos esta decisión y también recurriremos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, declaró a la AFP Ponomarev, asegurando que su movimiento “continuará viviendo y trabajando”.
Mediante esta decisión, el Tribunal Supremo ruso confirmó una solicitud del Ministerio de Justicia, que acusa a la ONG de violaciones reiteradas de los procedimientos administrativos y que, por consiguiente, pedía su disolución.
Creada en 1997, la ONG “Movimiento por los Derechos Humanos” es una de las asociaciones de protección de los derechos humanos más antiguas y famosas de Rusia.
Según su sitio web, se compone de varias decenas de filiales diseminadas por todo el país. Desde febrero, la organización principal fue clasificada por la justicia como “agente extranjero”.
Esta calificación, introducida por una ley en 2012, sirve para designar a una organización que recibe financiamiento de otro país y que tiene una “actividad política”.
Este concepto vago ha permitido apuntar a numerosos grupos críticos del poder, como la ONG Memorial o, más recientemente, la organización del opositor Alexéi Navalni.
En diciembre, Ponomarev, de 78 años, pasó más de dos semanas en prisión por convocar a una manifestación no autorizada.