Ellas estaban cansadas de ser estigmatizadas y de ocultar su consumo de marihuana. Pero desde la legalización de la droga en Canadá, cientos de mujeres se han unido para proclamar en voz alta que esta hierba las hace “mejores madres”, a pesar de las advertencias de los médicos.
Sentada en el salón de su casa, donde flota un ligero aroma a marihuana, Jordana Zabitsky despotrica contra el “desprecio” del que son víctimas, según ella, las madres jóvenes que consumen cannabis, totalmente legalizado en Canadá desde el pasado octubre.
“Se espera que trabaje a tiempo completo, que cuide a mis hijos a tiempo completo, que limpie mi casa, que pague mis facturas a tiempo, que cambie mis neumáticos de invierno a tiempo…”, enumera esta treintañera. “Tengo mucho sobre mis hombros, solo soy una persona, ¡la marihuana me permite cumplir mis tareas diarias mucho mejor!”.
Para sumar mujeres en su situación y poder expresarse juntas, Zabitsky creó en Facebook el grupo “Madre María”, estrictamente reservado al género femenino. Hoy en día, esta comunidad cuenta con unas 5.000 integrantes que discuten sin cortapisas sobre su consumo.
Sin embargo, el Departamento de Salud de Canadá aclara que “es más seguro evitar el cannabis si eres padre”. Esta droga puede alterar el juicio hacia los niños, advierte.
“Las mamás se sienten solas y no saben a dónde acudir, se sienten avergonzadas y temerosas”, señala Annie-Claude Bertrand, quien coadministra “Madre María”.
El consumo de marihuana les permite a estas jóvenes alejarse de los opiáceos y los antidepresivos para tratar su ansiedad o depresión, dice por su parte Karine Cyr, cuyo grupo de Facebook “Mis queridas flores”, también dedicado a la planta, reúne a más de 500 miembros.
Son “empresarias, psicólogas, modelos, fotógrafas… son mujeres de todos los círculos”, describe Cynthia Petrin, profesora de “ganja yoga” y coadministradora de “Mis queridas flores”.