La Comisión Europea endureció este martes su pulso con el gobierno italiano, una coalición de ultraderechistas y antisistema, al urgirlos a “revisar” su plan presupuestario para 2019, un hecho inédito en la historia del bloque.
“Por primera vez, la Comisión requiere a un país de la zona euro que revise su plan presupuestario”, lamentó el vicepresidente del ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, en rueda de prensa en Estrasburgo (Francia).
Bruselas ya advirtió el viernes en una carta a Roma de un desvío fiscal “sin precedentes” desde 2013 en su plan, al estimar un déficit del 2,4% del PIB para 2019, superior al 0,8% prometido por el anterior ejecutivo italiano.
La Unión Europea (UE) se enfrenta con el plan presupuestario italiano a “una desviación clara, asumida y, por algunos, reivindicada”, subrayó por su parte el comisario europeo de Asuntos Financieros, Pierre Moscovici.
La preocupación es mayor teniendo en cuenta la actual deuda pública de la tercera economía de la zona euro, situada en torno al 131% del PIB. “Italia debe continuar sus esfuerzos para reducir su deuda”, agregó Moscovici.
Italia, cuya respuesta a la misiva del viernes no convenció a la Comisión, dispone ahora de tres semanas para presentar un presupuesto revisado, so pena de una sanción a largo plazo de hasta 3.400 millones de euros en su caso.
Tras la decisión, el vicepresidente del gobierno italiano, Luigi di Maio, del antisistema Movimiento 5 Estrellas, se mostró abierto al diálogo con la Comisión, pero “con respeto”.
“No daremos marcha atrás”, apuntó por su parte en Rumanía el ministro italiano de Interior, el ultraderechista y hombre fuerte del ejecutivo Matteo Salvini, para quien Bruselas “no ataca a un gobierno, sino a un pueblo”.
Al terminar la rueda de prensa en Estrasburgo, Angelo Ciocca, diputado del partido de Salvini (Liga), tomó las notas de Moscovici y se quitó el zapato para pisarlas ante la mirada atónita del comisario, que denunció un ataque a la “democracia”.
Italia no es Grecia
El margen de maniobra de la Comisión es limitado, entre una voluntad de mostrar firmeza para garantizar su credibilidad y otra de desdramatizar para evitar un choque frontal con Roma que asuste a los mercados.
Klaus Regling, director general del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) encargado de ayudar a los países de la zona euro en dificultades, relativizó la situación y aseguró que Italia no era “la próxima Grecia”.
El índice FTSE Mib de la bolsa italiana retrocedió este martes un 0,86% al cierre, hasta los 18.802 puntos.
El diálogo entre Roma y Bruselas será seguido de cerca por el resto de los 19 países de la zona euro, sometidos a las mismas reglas fiscales que Italia, como Francia, la segunda economía del euro.
“Nadie puede desprenderse de estas reglas que son las mismas para todos”, dijo el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, para quien “a los italianos también les interesa tener reglas sólidas, una moneda estable”.
El choque entre Italia y la Comisión se produce cuando el bloque dejó atrás años de crisis, tras el crash financiero mundial de 2018, pero no así sus consecuencias como el nivel de desempleo.
Las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que limitan al 3% del PIB el déficit público y al 60% del PIB la deuda pública, se reforzaron en 2013, en plena crisis de la deuda.
El ejecutivo comunitario puede sancionar incluso con hasta el 0,2% de su PIB a un país que incumpla las reglas, si bien nunca lo ha hecho. En 2016, Portugal y España se libraron finalmente de una sanción por su déficit.