La canciller alemana, Angela Merkel, dijo este jueves estar dispuesta a iniciar negociaciones internacionales con sus socios para reducir los aranceles a la industria automotriz, y así desactivar el conflicto comercial entre el bloque europeo y Estados Unidos.

Esta negociación, “en la que estaría dispuesta” a participar, no puede llevarse a cabo sólo entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, “sino con todos los países con los que comerciamos coches”, dijo a la prensa.



Merkel precisó que se necesitaba “una posición europea común” sobre el tema, que está “siendo elaborada”
y reenvió el tema a una próxima visita del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a Washington a fin de mes.

Pero la dirigente alemana abrió así el debate sobre una propuesta hecha el miércoles por la noche en Berlín por el embajador de Estados Unidos ante Alemania, Richard Grenell, cercano al presidente Donald Trump, a los dirigentes de los tres constructores de autos alemanes, Volkswagen, BMW y Daimler, así como al del fabricante de partes de coches Continental.

En este encuentro a puertas cerradas, confirmado a la AFP por una fuente del sector, Grenell ofreció que Estados Unidos y Europa dejen sin efecto los aranceles actuales a las importaciones de autos, en vez de imponer nuevos.

“Hay que asegurarse de la igualdad de trato para todos los socios comerciales”, replicó Merkel, alejando la posibilidad de negociaciones bilaterales entre Washington y Bruselas.

Pero, que multilateralmente se renuncie a los aranceles a los autos “es una opción que puedo imaginar
“, agregó.

Trump amenaza con aumentar los aranceles a las importaciones de autos desde la UE al 20%, lo que afectaría a Alemania cuya economía es muy dependiente del sector automotor.

¿Gran zona de libre comercio?

La disposición por parte de la mayor economía de Europa -y mayor productor de automóviles- de renunciar a aranceles en el sector automotor, debería ser del agrado de Trump, que ya sugirió en una cumbre del G7 que el bloque de naciones industrializadas se convierta en una zona de libre comercio.

Esas propuestas fueron sin embargo puestas de lado por una serie de problemas ajenos, entre ellos la decisión de Washington de abandonar el acuerdo nuclear sobre Irán.

Para los gigantes del sector automotor, la perspectiva de cero arancel para sus productos es algo que difícilmente pueda ser más tentador.

BMW, que tiene una fábrica que emplea a 10.000 personas en Carolina del Sur, dijo a la AFP que “apoya un incremento del comercio a través de la reducción de barreras arancelarias, particularmente las que afectan el comercio de vehículos entre Estados Unidos y la Unión Europea”.

La Cámara de comercio e industria alemana también aseguró que apoya la idea.

“Es mejor debatir sobre una reducción de aranceles, que asistir a una escalada” en el conflicto comercial con nuevos aranceles, afirmó Martin Wansleben, quien dirige la Cámara.

Señal del temor que suscita una guerra comercial en la industria automotriz, la perspectiva de renunciar a los aranceles tuvo un efecto en los mercados bursátiles, donde las acciones de las gigantes del automóvil registraron importantes ganancias.