Después de meses de un largo proceso, los padres de Charlie Gard, el bebé británico que padece una rara enfermedad genética neurodegenerativa en fase terminal, decidieron renunciar a su batalla legal para mantenerlo vivo, al considerar que es demasiado tarde para salvarlo.
“Es la cosa más difícil que se nos ha planteado hacer”, pero “hemos dejado partir a nuestro hijo”, declaró entre lágrimas Connie Yates, la madre del bebé de once meses, ante la Alta Corte de Londres.
“Los últimos once meses fueron los mejores y los peores de nuestra vida. Queríamos solamente darle una oportunidad de vivir”, agregó, reprochando a la justicia y al hospital donde está internado el niño no haberles permitido llevarlo a Estados Unidos, donde les proponían un tratamiento experimental para esta extraña enfermedad.
“Se ha perdido demasiado tiempo. Se le ha dejado meses esperando en el hospital”, denunció su padre, Chris Gard, a la salida del tribunal, considerando que con ese tratamiento “habría podido vivir”.
Su combate judicial comenzó en abril, cuando el hospital londinense de Great Ormond Street había decidido cortar la respiración artificial al bebé, que sufre la enfermedad del síndrome de depleción del ADN mitocondrial, que afecta a las células responsables de la producción de energía y de la respiración.
La Alta Corte de Londres había dado la razón a los médicos, cuya decisión fue confirmada luego por la Corte de apelación, la Corte Suprema y la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), el 27 de junio.
Pero, ante la movilización de medios cristianos, la intervención del papa Francisco y del presidente estadounidense Donald Trump a favor de los padres, el hospital solicitó una nueva audiencia ante la Alta Corte para que los “nuevos elementos para un tratamiento experimental” propuesto por “dos hospitales experimentales”, uno en Estados Unidos y otro en Italia, fueran examinados.
Sin embargo, los médicos londinenses seguían pensando que prolongar el tratamiento sería “injustificado”, ante los sufrimientos padecidos por el bebé.
“Demasiado tarde”
La Alta Corte de Londres decidirá esta semana confirmar o no su decisión de no mantener con vida al niño. “Lamentablemente, es demasiado tarde”, declaró el abogado de los padres, Grant Armstrong.
“Continuar con este tratamiento ya no beneficia a la salud de Charlie”, agregó el abogado, subrayando que sus clientes habían tomado su decisión tras haber visto los últimos exámenes y escáneres cerebrales de su hijo en la última semana.
“Charlie ha sufrido atrofia muscular severa” y “el daño que han sufrido sus músculos es irreversible”, explicó el abogado.
El juez Nicholas Francis rindió homenaje a los padres “por el amor y la atención que brindaron a su hijo Charlie”. “Ningunos otros padres habrían podido hacer más por su hijo”, agregó.
Ante el tribunal, varios manifestantes mostraron su cólera gritando “juez de la vergüenza” u “hospital de la vergüenza”.
El Vaticano, por su parte, comunicó que el papa Francisco “reza por Charlie y por su padres y se siente particularmente cercano a ellos en este momento de inmenso sufrimiento (…) El Santo padre nos pide unirnos en el rezo para que ellos puedan encontrar el consuelo y el amor de Dios”.
Armstrong anunció que los padres de Charlie Gard crearán una fundación para ayudar a otros padres en la misma situación que ellos.
“Vamos a continuar ayudando a las familias de niños enfermos, no dejaremos partir su vida en vano”, dijo Connie Yates.