El presunto kamikaze que el lunes mató a 22 personas e hirió a 59 en un concierto de Ariana Grande en Manchester (noroeste de Inglaterra), es Salman Abedi, de 22 años, afirmó este martes la policía británica.

“Puedo confirmar que el sospechoso de la atrocidad de la pasada noche fue identificado como Salman Abedi, de 22 años”, dijo a la prensa Ian Hopkins, comandante de la policía de Manchester, sin ofrecer más detalles.

El sospechoso hizo estallar su carga explosiva la noche del lunes en el vestíbulo del Manchester Arena, al término de un concierto de la estrella juvenil estadounidense Ariana Grande.

Según el Daily Telegraph, Abedi nació en Manchester de padres libios que huyeron del régimen de Muamar el Gadafi. La ciudad del noroeste de Inglaterra tiene la mayor comunidad libia en el Reino Unido.

Los padres de Abedi emigraron primero a Londres antes de instalarse en el sur de Manchester, en el barrio de Fallowfield, donde llevan viviendo diez años. Tenían tres hijos.

La familia de Abedi vivió en el área de Fallowfield, en el sur de Manchester, durante al menos 10 años, según el diario Daily Telegraph.

La policía británica realizó un allanamiento en este barrio modesto.

También detuvo a un joven de 23 años que estaría relacionado con el caso.

Un vecino del barrio, Peter Jones, de 53 años, describió el área como “tranquila y segura” y explicó a la Agence France-Presse que estaba “conmocionado” al saber que el sospechoso era de la zona.

Según el diario The Guardian, la policía conocía a Abedi.

“Era un chico tan callado, siempre muy respetuoso conmigo” explicó un miembro de la comunidad libia de Manchester al diario.

“Su hermano Ismael es más abierto, pero Salman era muy tranquilo. No parecía en absoluto la persona que fuera a hacer eso”, explicó.

El padre de Abedi es conocido en la comunidad, y en la actualidad estaría residiendo en Trípoli, según las fuentes consultadas por The Guardian.

Según The Telegraph, Salman tenía dos hermanos y una hermana.

La comunidad libia en Manchester, la más nutrida del país, cuenta con unos 16.000 miembros, según la BBC.

El Estado Islámico revindicó este atentado, señalando que fue ejecutado por “uno de los soldados del califato”.

Amaq, la agencia de propaganda del grupo ultrarradical, afirmó por su parte que detrás del ataque hay un “equipo” de combatientes